Esteban GÓMEZ.- Era un alumno aventajado, tanto por edad, experiencia, como por ganas de cambiar de status. No era profesor, pero debía enseñar, debía ejercer de facto. Un estudiante que no había finalizado sus estudios de manera oficial, pero que se había erigido para conducir a sus compañeros. La decisión era lógica, puesto que su trayectoria le otorgaba galones por encima del grupo, pero el cambio de papel despertaba alguna que otra duda.
La temporada 2013/14 iba a ser movida en Old Trafford. Un cambio radical, extenso, que implantaba nuevos aires, diferentes, nada que ver con lo vivido en los últimos 27 años. Casi de forma impuesta nada volvería a ser como antes. Era el mismo escudo, el mismo estadio, la misma gente, pero faltaría ese personaje escocés que masticaba chicles a ritmos endiablados. Se marchaba Sir Alex Ferguson, el técnico más laureado de la historia del Manchester United.
Llegaba otro escocés, pero éste no se apellidaba Ferguson. Ni siquiera había ganado un título. Pero había sido elegido por el mito, por la leyenda que había decidido descansar, ver el espectáculo como aficionado. David Moyes llegaba a Manchester procedente de Liverpool, de Goodison Park más concretamente, para hacer frente al proyecto más importante de su vida como entrenador.
Sin embargo, las dudas que apuntaban que podía salir mal, se cumplieron. Una temporada irregular, llena de altibajos, de tropiezos, han dejado como resultado a un Manchester United erosionado, que ha quedado fuera de todo objetivo (sólo ganó la Community Shield, tras ser campeón en 2013) y que, tras 18 años, no disputará la próxima temporada competición europea. A priori, fracaso. Las expectativas de una trayectoria brillante no se han cumplido, y la derrota en Goodison Park frente a su ex-equipo hizo que David Moyes sentenciara su etapa como entrenador de los Red Devils.
La noticia no se hizo esperar. El lunes 21 de Abril el Manchester United confirmaba la destitución de Moyes, a falta de 4 jornadas. Los rumores sobre futuribles comenzaron a sonar, iniciando ese juego omnipresente, siempre abierto, de los sustitutos. Pero pronto se confirmaría. Ryan Giggs, quien todavía tiene ficha en la primera plantilla, contrato en vigor, y que había formado parte del staff de Moyes, se haría cargo hasta el final de temporada.
Leyenda viva del club. 24 temporadas en la primera plantilla del Manchester United le convierten en un líder absoluto, casi universal. Pocos son los que recuerdan el pasado a corto plazo del club sin él. Las nuevas generaciones de las últimas dos décadas no conocen a un club de Old Trafford sin la figura del galés. Su gran virtud. Conoce la institución como pocos hoy en día.
El club de su vida. Tras recorrer miles de veces la banda defendiendo sus colores, por edad, se ha visto relegado a un segundo plano, y ahora es una realidad.
Solución rápida y válida que servirá al club para trabajar con algo más de calma, con vistas a la próxima temporada, y que servirá al propio Ryan Giggs para comenzar una trayectoria en los banquillos que, de primeras, le ofrecerá su caramelo más dulce.
Debutaba en casa, frente al Norwich, apenas días después de ser nombrado oficialmente técnico interino. La expectación era mayúscula. Todo el mundo quería verle sentado en ese privilegiado asiento de los siempre coquetos banquillos del Teatro de los Sueños. Venció el Manchester United 4-0 y, pese a que el resultado fue lo de menos por la situación del equipo (todo lo contrario su rival, inmerso en la pelea por no descender a la Championship), el ambiente fue especial, que ha abierto una incógnita que muchos quieren creer.
¿Por qué no Ryan Giggs? ¿Por qué no brindarle la confianza real de cara a la próxima temporada? La gente le adora. Conoce el club como pocos de los que conforman la plantilla y la institución en la actualidad. Y los jugadores están a gusto con su presencia. ¿Deberían "arriesgar" en Manchester brindándole la oportunidad?
El alumno aventajado que actúa ahora de profesor antes sus compañeros. El eterno, el omnipresente. La leyenda que ahora quiere ejercer desde la banda, desde donde aseguran todo se ve diferente, con más desgaste, con más nervios.
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