Rakitic es el jugador más utilizado en la era Luis Enrique. Modric es el termómetro del Real Madrid. Talento, clase, trabajo en busca del poder, del control, de marcar el tempo/ritmo del partido. Ellos comparten nacionalidad, comparten pasión, comparten la elegancia y disputarán uno de los cara a cara más intensos del encuentro.
Hace unos años diríamos que la clave del clásico estaría en ver si el Barça dominaba o no el centro del campo. Ahora, la historia ha cambiado. Al Barça le da igual ceder el balón y apostar todas sus cartas a la ‘MSN’. Con Iniesta como socio número uno de los delanteros, el rol de Rakitic siempre ha sido mucho más sacrificado. Esta temporada, además, su rendimiento ha bajado notablemente.
Rakitic, pese a todo, puede jugar un papel decisivo ayudando defensivamente al tridente Piqué–Roberto (o Mascherano dependiendo del sistema por el que Luis Enrique apueste)-Busquets. Marcelo, especialmente, llegando desde atrás, y Cristiano pueden acarrear peligro y, en este sentido, cualquier ayuda será bienvenida por parte de la defensa azulgrana.
Modric, por su parte, puede jugar un papel clave a la hora de superar líneas de presión. La situación en la Liga obliga al Barça a jugar intenso, presionar arriba y someter al Madrid a un ritmo frenético. En este contexto, nada mejor que la clase croata para buscar la solución idónea en cada contexto.
De esta manera, y viendo de dónde vienen ambos equipos, la lógica invita a pensar que veremos a un Rakitic más productivo sin balón en contraste a un Modric que sí bailará algo más con él. El Messi multifuncional ocupa toda la zona desde banda derecha hasta el centro y, por tanto, y más siendo el clásico, será quién tome el liderazgo con el balón en ataque. Rakitic buscará crear el espacio suficiente para que el argentino pueda decidir mejor.
Cara a cara, Rakitic ha creado (15 disparos a 8), marcado (2 a 1) y recuperado (53-40) más. Modric, por su parte, tiene mejor porcentaje de pases (88,4% a 87,5%) y mayor acierto de regates (79% a 60%). La estadística, no obstante, tiene trampa, pues el croata del Real Madrid ha jugado cuatro partidos menos tras haber estado un mes alejado de los terrenos de juego por una lesión de rodilla. Reapareció tras el parón de selecciones y hasta el momento no ha demostrado estar al máximo nivel, algo que evidentemente también puede condicionar el duelo.
Al 100%, el duelo se lo lleva Modric, pero lo cierto es que ahora ninguno de los dos pasa por su mejor momento. Cifras y sensaciones aparte, el Clásico es un partido especial en que todo lo anterior queda a un lado y donde solo importa el momento. El Clásico es el carpe diem llevado a su máxima expresión y los croatas intentarán ser los que le den luz.