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Raiola y Donnarumma, ni ángeles y ni demonios

La decisión de Gianluigi Donnarumma de no renovar su contrato con el AC Milan ha vuelto a reabrir la herida de los románticos sobre el fútbol moderno, ése del dinero y en el que ya es prácticamente imposible encontrar jugadores franquicia.

Mino Raiola es el primer señalado como culpable de la decisión del portero ‘rossonero’. Mercenario es posiblemente el calificativo más decente con el que ha sido descrito el singular agente salernitano.

La figura del agente ha llegado a satanizarse de una manera sin precedentes. Para el aficionado común, un agente representa esa persona que rompe los cuentos de hadas, el villano al que señalar que hace que un chico que a sus 17 años todos veían jugando 23 más con la misma camiseta se marche a otro equipo.

Está claro que si esa figura representa a grandes jugadores como Zlatan Ibrahimovic o por lo menos con un prometedor futuro como Paul Pogba o Gigio Donnarumma, el representante ya no viene satanizado sino que es directamente el propio demonio. Porque al fin y al cabo estamos hablando de un hombre capaz de orquestar con ADIDAS el traspaso de Pogba para crear toda la expectación y ‘boom’ a nivel de marketing.

Pero para mientras los aficionados comunes Raiola es ‘el que no debe ser nombrado’, para los jugadores es una oportunidad de ser representados por un agente capaz de obtener cualquier cosa que ellos deseen, mientras que para un club es la vía directa para acceder a jugadores de primer nivel y, eventualmente, monetizarlos al máximo.

Mino Raiola

 

Nedved sobre Raiola

El primer jugador de alto nivel en la cartera de clientes de Raiola fue Pavel Nedved, a quien llevó al fútbol italiano en 1996, primero a la Lazio y luego a la Juventus en 2001.

En su biografía publicada en 2010, el jugador checo escribía lo siguiente:

“En los últimos meses se ha hablado muchísimo de él. Lo han pintado como un brujo del mercado, como un gran manipulador, como la mente oculta de ventas y rupturas clamorosas.

Yo tengo otra imagen de Mino, porque lo conozco realmente. Es un manager excepcional, en el sentido que logra que sus asistidos obtengan exactamente lo que desean ellos. Nunca se permite dictar o sugerir soluciones; él explora todas las posibilidades y te las presenta, pero eres siempre y solamente tú quien elige.

Encuentro bastante triste aquellos que pintan a Mino como el demonio.

Un agente hace el bien de su asistido, o en cualquier caso hace lo que su asistido piensa sea correcto”.

Son unas declaraciones contundentes salidas de un ganador del Balón de Oro y que en 2006 pudo abandonar a una descendida Juventus. Raiola le presentó varias soluciones, pero su decisión fue un ‘NO’ porque al final todo se resume a eso: el jugador decide.

 

Ganas de ganar (más)

Ahora es cuando cerramos el círculo y volvemos al inicio: Donnarumma. El Milan actual es una incertidumbre y el jugador ha decidido abandonar el club de sus amores. Y no por eso es menos aficionado porque a igualdad de condiciones, posiblemente no habría dudado en quedarse. Pero no es así.

En el panorama local, el Milan luce aún lejos de Juventus, Roma y Napoli. No luce fácil que luche por el ‘Scudetto’ sino incluso por una plaza en la UEFA Champions League. Con la nueva propiedad, al ‘Diavolo’ se le suma la incertidumbre económica ya que aún debe encontrar el acuerdo con la UEFA para el Fair Play Financiero.

¿Qué tiene de malo que Donnarumma quiera mayor estabilidad?

A muchos les ha gustado mucho la historia de Francesco Totti. El eterno ‘capitano’ de la Roma se retiró hace unas semanas con el mismo club con el que debutó. Pero muchos olvidan que quizás por esa decisión, más que loable, tan sólo pudo ganar cinco títulos de club.

Luego está el caso de Gianluigi Buffon, que muchos querían que en Cardiff ganara la Champions alegando que «un jugador tan grande tiene que ganar al menos una Champions».

Importa el corazón, pero importan los títulos. No se puede criticar a un jugador por querer ganar, aunque sea lejos del corazón.

Donnarumma ha elegido, Raiola le asistirá.

Valencia (VE), 1980. Periodista y trotamundos. De Venezuela a España, vía Boston, Bolonia y Turín. Deportes en general, fútbol en específico y si es italiano mejor. Zebra con Z. Estamos hechos de la misma materia que los sueños.

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