Alemania puso el fútbol, Portugal la fe y la pegada. Cuando el escenario pide grandeza, siempre aparece Cristiano Ronaldo. Y cuando el fútbol parece escrito, siempre hay espacio para una remontada. Portugal, con un pie en la historia y otro en la final, sigue demostrando que en el fútbol, como en la vida, lo importante es resistir y saber cuándo golpear.
La siesta alemana y el escudo de Diogo Costa
La primera parte fue un ejercicio de contención, como si ambos equipos hubieran firmado un pacto de no agresión. Alemania, con más control y posesión, se topó con un Diogo Costa imperial, que desbarató las escasas llegadas de Woltemade y Goretzka. Portugal, por su parte, parecía más preocupado por no encajar que por buscar la portería de Ter Stegen. Cristiano y Pedro Neto lo intentaron, pero sin filo. El Allianz Arena bostezaba y la semifinal olía a prórroga antes de tiempo.
Wirtz enciende la mecha, Portugal responde con pólvora
Todo cambió tras el descanso. Apenas volvieron del vestuario, Alemania se adelantó gracias a un cabezazo de Florian Wirtz, tras un centro quirúrgico de Kimmich. El VAR revisó la jugada, pero el gol subió al marcador y los locales se vieron con un pie en la final.
Pero ahí apareció la resiliencia lusa. Roberto Martínez movió el banquillo y Francisco Conceição, con apenas 22 años y el descaro de quien no tiene miedo a nada, se inventó un zurdazo desde la frontal que Ter Stegen solo pudo rozar. El empate cayó como un jarro de agua fría sobre los alemanes.
Cristiano, eterno e inevitable
Y cuando Alemania aún no había digerido el golpe, Nuno Mendes cabalgó la banda y sirvió un balón al corazón del área. Allí, como si el tiempo no pasara por él, Cristiano Ronaldo empujó el 1-2 y celebró su gol número 137 con la selección. A sus 40 años, sigue siendo el hombre de los momentos grandes, el que nunca se esconde.
Alemania, sin respuestas; Portugal, a otra final
Los de Nagelsmann lo intentaron a la desesperada, pero entre la madera y Diogo Costa se encargaron de cerrar la puerta. Alemania, que parecía tener el partido bajo control, acabó desquiciada y sin ideas. Portugal, en cambio, celebró otra remontada para la historia y se planta en la final de la Nations League por segunda vez, esperando rival entre España y Francia.