La denegación de la licencia UEFA hace medio año para disputar la Europa League fue solo un clavo más en la tumba del actual Parma. El impago de unos impuestos, valorados en 300.000 euros por la liquidación de un grupo de futbolistas, fue suficiente para que el máximo organismo continental ejecutara el fair play financiero para dejar fuera de las competiciones europeas al Parma.
El dueño Tommaso Ghirardi, que se hizo cargo del club en 2007, todavía agonizante desde el escándalo de Parmalat a inicios de siglo, anunció que ponía en venta el club. El llamamiento fue un fracaso y el director deportivo y su mano derecha Pietro Leonardi se hizo de facto con el control del club durante el verano, resultando también en un pobre mercado de fichajes.
La galopante crisis deportiva del equipo, último de la clasificación con solo dos triunfos en 14 encuentros, no es más que una lógica consecuencia, aquí explicada. Así es cómo un equipo que fue, junto al Torino, la revelación de la pasada campaña cambia completamente de cara para convertirse en un equipo que ya parece prácticamente desahuciado apenas superado el primer tercio de campeonato.
El bache económico del Parma durante los últimos meses no ha hecho más que acentuarse, y este martes se hizo oficial la sanción de un punto al equipo en la presente temporada por no pagar el IRPF de los meses de noviembre y diciembre del año 2013. Además, los dos administradores del equipo, el dueño Ghirardi y Pietro Leonardi, han sido inhabilitados por dos meses por este motivo.
Y no será la única sanción al club crociato, porque el pasado 17 de noviembre finalizó el plazo para cumplir con el pago de las mensualidades que se deben a los jugadores y empleados. Ghirardi, tras un desesperado intento por conseguir liquidez en el último instante, solo pudo satisfacer los salarios del mes de julio, por lo que al menos otros dos puntos serán descontados previsiblemente en las próximas semanas.
Ghirardi ha continuado intentando vender el Parma, aunque los resultados negativos, a los que se añaden la sanción en la clasificación podían suponer una inversión de demasiado riesgo para un potencial comprador, ante la posibilidad de que el equipo acabe embarrancado Serie B. Un empresario albanés, Rezart Taci, ya se echó para atrás hace unas semanas y ahora la entrada de un grupo inversor ruso y chipriota, relacionado con el petróleo y que se haría cargo de la deuda podría ser oficializada en breve, tal y como señaló Leonardi antes del último partido contra la Lazio. Este jueves se anunció la venta de la mayoría de las acciones, previsiblemente a este grupo, aunque no se detallará hasta la próxima semana.
La importante inversión realizada por Ghirardi, que devolvió por momentos ilusiones de grandeza que hicieran rememorar el final de la década de los ’90 del Parma, no produjo el retorno esperado. La mastodóntica cantidad de jugadores en nómina, que incluyendo los cedidos ha llegado a rondar los 300 futbolistas y los numerosas entradas y salidas cada mercado de fichajes finalmente se demostraron incontrolables económicamente. Ahora el Parma navega en aguas turbulentas y sigue a la deriva a la espera de la llegada de un brazo que le ayude a salir.