Se acaban los calificativos con este Real Madrid. Y, por supuesto, se llenan las webs con un sinfín de artículos que dicen más o menos lo mismo: estos jugadores, parece ser, no ganarían la máxima competición continental con otro escudo. Según dicen, ponerse la zamarra blanca les da un poder especial que les permite vencer incluso a extraterrestres. No lo creo. La clave es que los blancos poseen una camada de futbolistas irrepetible. Kroos, Modric, Casemiro o Benzema no han levantado tantos trofeos por ponerse esta camiseta. Lo hacen porque son muy buenos.
Uno de los grandes triunfadores, Thibaut Courtois, tenía una motivación especial: tocar por primera vez una orejona. Evidentemente, ya conoce a la perfección de qué va el club cuando le firmó. Sabe las condiciones: jamás se puede rendir. Sin embargo, su motivo era distinto al de los demás próceres del equipo: “Tenía que ganar la Champions por mis muertos”, dijo al acabar el envite. El belga ha tenido que lidiar con verse en una de las fotos que hay en la ciudad deportiva. Pero en el otro lado. No es un plato de buen gusto ya que Sergio Ramos está marcándole uno de los goles más dolorosos de su vida: el de la final de la Copa de Europa cuando él defendía la meta del Atlético de Madrid. Por ello, seguramente, cuajó una de las actuaciones más estratosféricas jamás vistas en un guardameta. La parada a Mané tiene que ser la mejor acción de un portero en décadas.
Una vez más, por supuesto, el hombre que lidera desde el banquillo no está pegando gritos ni inventándose salidas de balón fuera de lo común. Carlo Ancelotti dirige a esta plantilla desde el respeto al futbolista, sin malas palabras. “Es un alineador”, dicen algunos listillos. De Zinedine Zidane, otra leyenda, llegaron a asegurar los expertos que solo “era un gestor”, como si gestionar una escuadra de ínclitos futbolistas no fuera una gran habilidad que deben tener los técnicos. El italiano no ha tenido grandes incendios con sus futbolistas. De hecho, todos los que salen del banquillo van con buena cara, aunque sea para jugar cinco minutos.
Y el verano, paradójicamente, será duro. Varias piezas dejan el Bernabéu, por lo que es imperativo contratar a jugadores para que la unidad B pueda dar descanso a un grupo de futbolistas escandaloso que, por mucho que quieran algunos, si jugaran con otro escudo levantarían muchos títulos. Ya lo dije hace no mucho: yo no tengo el exterior de Luka Modric. Conmigo en el centro del campo no se estaría hablando de la decimocuarta.
Imagen de cabecera: @realmadrid