El Everton fichó en verano a un centrocampista del colista de la pasada Premier League. Los aficionados llegaron a criticar su llegada afirmando que no tenía nivel para jugar en la élite. Sin embargo, el curso que está cuajando Idrissa Gana Gueye es para enmarcar. Jugando prácticamente todos los minutos, Gueye encajó en el equipo desde el primer minuto gracias a su tremenda capacidad de trabajo y su buen desplazamiento del cuero. El único problema que ha tenido en su inicio es aquello que diferencia a los buenos centrocampistas de los grandes centrocampistas: el gol.
Los toffees, actualmente, se encuentran en la tesitura de reemplazarle por su marcha a la Copa África. Tom Davies –el chaval de dieciocho años del que ya hablamos hace unos meses– ha empezado a entrar en el equipo dejando en el banquillo a Gareth Barry. McCarthy, por su parte, cuando ha estado ha dado un gran nivel pero sigue cayendo lesionado con demasiada asiduidad.
El mercado de invierno, entonces, dará muchas respuestas al club de Goodison. Los de Koeman continúan insistiendo en firmar a Schneiderlin, que en el Manchester United ha caído en el ostracismo. El centro del campo del Everton tiene muchos jugadores pero o no dan el nivel o se desconoce qué pasa con algunos. Cleverley podría marcharse este mes –al parecer rumbo a Newcastle- y Gibson hace tiempo que no cuenta. Besic es la otra pieza que debe volver –tras una lesión durísima-.
El propietario –Farhad Moshiri– en la reunión general del club afirmó que el Everton “es un gran club” por lo que se espera mucho de él en esta ventana de traspasos. El iraní gustó a la prensa y a los aficionados por sus ganas de llevar a los toffees al siguiente nivel con, por ejemplo, un nuevo estadio. Es verdad, que enero no es el mejor mes para firmar jugadores pero este puede ser un inicio. Con Gueye en la copa de África, la necesidad se ha apoderado del Everton.