El estadounidense Sam Querrey rompió todos los pronósticos y derrotó al español Rafael Nadal en la final del Abierto Mexicano de Tenis disputado en Acapulco.
Querrey, número 40 del mundo, ganó la competición donde participaron hasta cinco «top ten» al vencer en dos sets, 6-3 y 7-6 (7-3), al favorito de la afición mexicana y dos veces campeón del torneo.»Cada ronda iba a ser más dura, tener a Nadal en la final fue muy emocionante», declaró el campeón después del partido. Cuestionado por su sonrisa permanente, dijo que era «la clave para vencer a cualquiera».
Querrey, además de llevarse el título, consiguió quitarle el invicto de sets y de partidos a Nadal en Acapulco. El español llevaba 14 partidos jugados y 28 sets sin perder tras sus actuaciones de 2005 y 2013, ambas sobre la arcilla que antecedió a la pista dura actual. Se acabó el récord.
Ya con el clásico sombrero mexicano, Querrey habló en español, disculpándose porque no era muy bueno. «Ha sido una semana mágica para mí, gracias», concluyó. En el torneo de las grandes estrellas, Querrey avanzó de manera silenciosa y eliminó a cuatro preclasificados: David Goffin (11), Dominic Thiem (9), campeón de la edición anterior, y Nick Kyrgios, verdugo de Novak Djokovic.
Nadal, en su segunda final del año después del Abierto de Australia, volvió a quedarse en la orilla. «Para mí ha sido un muy buen comienzo de año, no ha podido ser en la segunda final, espero que la tercera sea la vencida«, dijo el español. «Quiero agradecerle a todo mi equipo, a todo el público y a México en general. Cada vez que he venido aquí ha sido un año inolvidable. Espero estar para el 25 aniversario del año que viene», añadió el ex número uno del mundo.
Querrey, que levantó el Guaje de plata, logró su primer título del año y el noveno de su carrera. Siete de esos éxitos fueron en superficie dura, como en Acapulco. El partido fue muy igualado, pero Querrey se mostró imparable con su servicio, como a lo largo de todo el torneo. Nadal tuvo una noche errática que acabó condenándolo. El nacido en Manacor no pudo repetir su brillante actuación ante el croata Marin Cilic en semifinales.
Después de que Querrey quebrara en cero y se colocara 5-3 con el servicio a favor en el primer período, el público empezó a corear «Rafa, Rafa». La cancha central había estado tranquila hasta entonces. Pero el saque del norteamericano, que alcanzó una velocidad de 217 kilómetros por hora, empezó a preocupar a la afición, que veía con temor como sus peores pesadillas se repetían, tal y como hace dos noches cuando Kyrgios castigó a Djokovic.
Querrey llegó a 19 aces en todo el partido. El estadounidense jugó de igual a igual y no tuvo empacho en imponerse al tenista favorito del público mexicano. El furor de la afición, que se perdió conforme la semana fue pasando y que cayó evidentemente cuando Djokovic fue eliminado, se hizo presente para acompañar a su preferido: Nadal.
En el segundo set, sin embargo, Nadal pagó muy caras las cinco oportunidades que desperdició cuando Querrey sacaba 3-4. En el «tie break», el estadounidense lució otra vez imparable con su saque y Nadal ya no pudo hacer nada para contenerlo. Sin soluciones, el español cayó en dos sets. Nadal acumula tres años sin ganar un título en superficie dura. La última vez que lo hizo fue en 2014, en el ATP 250 de Doha.
El siguiente torneo importante en el circuito será el de Indian Wells, el primer Masters 1000 de la temporada, que arrancará el jueves 9 de marzo.