El Mundial ya está aquí. Irlanda acoge el campeonato del mundo en su decimoquinta edición y España llega con ganas de demostrar que su crecimiento es imparable.
Novenas en la pasada edición (2014) y séptimas, con diploma bajo el brazo, en los Juegos Olímpicos de Río (2016), las leonas vuelven a rugir con la intención de seguir mejorando la imagen y dar la sorpresa. No lo tendrá nada fácil: el primer partido, el inaugural (miércoles 9 de agosto a las 15:00 horas), es ante la todopoderosa Inglaterra, vigente campeona y una de las grandes favoritas a llevarse el título.
«Tenemos muy pocas posibilidades ante Inglaterra, pero para nosotros es el partido más importante. Somos protagonistas y puede reforzar nuestra imagen deportiva», dijo el seleccionador José Antonio Barrio ‘Yunque‘, en una entrevista a El País. El objetivo está definido: Conseguir la clasificación para el siguiente Mundial, que se consigue alcanzando el séptimo puesto, algo que no consiguen desde 1998.
Italia y Estados Unidos son los otros dos equipos del grupo B. Canadá, Nueva Zelanda, Gales y Hong Kong completan el grupo A y Francia, Australia, Japón y la anfitriona Irlanda el grupo C.
Luchadoras sin recursos
Las dificultades en el rugby femenino español obligan a las jugadoras a realizar esfuerzos titánicos por estar en estas citas. Como Aroa González, la capitana,que a sus 38 años (20 dedicados a este deporte) jugará su cuarto Mundial y ha disputado 68 partidos con la camiseta roja. El tiempo que no está sobre la hierba lo invierte en una fábrica de Seat, verificando piezas y demás. Las horas que perderá en Irlanda las tendrá que recuperar.
Algo parecido le pasa a Diana Gasso, veterinaria, que acumula horas para asistir a las concentraciones y tiene que pedir un mes de excedencia para ocasiones como ésta. Profesoras, arquitectas, empleadas de banca… todas tienen al rugby como pasión, pero ninguna puede vivir de él.
(Fuente: El País Semanal)
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