Dueño de la mejor ratio de gol
por partido de las cinco grandes ligas con un tanto cada 47 minutos disputados,
autor de dos goles en tres partidos con la selección absoluta italiana en la
misma campaña de su debut y auténtica revelación de la Serie A 2018/2019, a
pesar de la gigantesca dificultad que supone destacar en el ataque de un súper equipo
como es sin duda la Juventus y de que Moise Kean, el protagonista de estos
impactantes registros, ya había insinuado sus virtudes y su estrella de cara a
gol la temporada pasada. Tanto en el Europeo sub-19 del pasado verano, donde
hizo cuatro goles en cinco encuentros, como también justo antes, en su primer
año en la élite del Calcio en las filas de un Hellas Verona con múltiples
problemas colectivos y que acabó descendiendo, aunque con él como una de las
escasas notas ligeramente positivas.
De origen costamarfileño pero
nacido en Vercelli en el año 2000, la irrupción de Kean en Italia ya ha sido
rápidamente comparada con la de Mario Balotelli en su día, con quien además
comparte agente. Si bien, el actual nueve del Olympique de Marsella es capaz de
chispazos de genialidad que no parece que el bianconero lleve en las
venas, Kean, por su parte, se muestra plenamente focalizado en lo puramente
deportivo, con un perfil no tan altisonante como el de su compatriota, salvo
algún pecado de juventud, y pone siempre a disposición de su fútbol un físico
trepidante y una potencia y una punta de velocidad desprovista de ramalazos
abúlicos. Características que, junto a su determinación de cara a gol, le están
haciendo erigirse en un atacante decisivo además de polivalente, un aspecto
fundamental para todo jugador a las órdenes de Allegri y básico para sumar
minutos y matices a un equipo que cuenta en sus filas con Cristiano, Mandzukic,
Dybala, Cuadrado, Douglas Costa o Bernardeschi y en el que hasta el mes de
marzo solo había disputado tres minutos de juego oficiales en Serie A, doce en
Champions y apenas una hora en Coppa. Ahí es nada.
Y es que el joven delantero de la
Juventus es un atacante muy dinámico, explosivo y peligrosísimo en los
desmarques al espacio. Un punta que se siente cómodo actuando tanto como punta
de lanza única, como también cayendo a la banda izquierda para hacer ancho el
campo y trazar la diagonal con o sin balón hacia el arco rival, en un
movimiento muy difícil de parar porque Kean es pura dinamita, tanto en las
escurridizas rupturas a la espalda de la zaga, como en los primeros y céleres
toques tras recibir el cuero, es decir, con el primer control orientado, el
apoyo para sacar de sitio a unos centrales que con él de por medio les cuesta
un mundo recuperar su zona o el disparo rápido e intuitivo. Aspectos de su
juego con los que marca las diferencias sin ser en absoluto un prodigio
técnico, ayudándose a su vez de su buena protección de la posición y de ese
primer pasito demoledor, de ese nervio en las piernas del que se sirve antes de
ejecutar cualquier acción, aunque de momento no es una
referencia poderosa en área.
Alzar más la cabeza cuando recibe
el balón sin opciones claras de acometer un desborde por piernas o un remate
sencillo, especialmente cuando le toca actuar lejos de la frontal; aumentar su
relación y precisión con el juego colectivo en ese mismo sentido e imponerse
más veces y con mayor asiduidad y continuidad en el área adversaria son
seguramente tres de las áreas de mejora para Moise Kean si es que quiere
asentarse en la más absoluta élite como un nueve de absoluta referencia. Y es
que, hasta el momento, la mayoría de sus goles han sido llegando lanzado en
carrera al área, especialmente a raíz de transiciones cortas y verticales a las
que saca partido como muy pocos en el Calcio, y no estando en la zona de gol e
imponiéndose en ella a los centrales.
Si Moise Kean suma remate en
estático dentro del área y mejora también en ese proceso su poderío aéreo, el
ilusionante ariete juventino se convertirá en un arma todavía más
poderosa, añadiendo un abanico de registros superior a su ya elevado y
mortífero sentido de la profundidad y a esa fantástica lectura de los huecos
generados por otros compañeros para enfilar después el carril central hasta la
misma portería en clara situación de ventaja. Moise Kean está en ese punto de
su incipiente carrera en el que ahora mismo puede imaginarse ser prácticamente
lo que quiera ser. Puede ser la historia de éxitos inmaculados y despojada de
sombras que Balotelli comenzó sin poder terminar, puede ser ese nueve
diferencial que Italia lleva más de una década esperando a que regrese a vestir
la azzurra, puede ser incluso el próximo rey en la Turín bianconera. Puede
ser, quién sabe, el último recurso de un hombre de múltiples recursos como es
Allegri para lanzarse, este año sí, a por la Champions League.
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