Es conocido que el número “7” se considera un número perfecto que simboliza la relación de lo divino y lo humano, en casi todas las culturas es visto como la suma entre lo celeste y lo terrenal, de más está decir que siempre en nuestro mundo fue considerado un número especial. En el fútbol y en específico, en el Manchester United, esta realidad no escapa de ese concepto, los jugadores más legendarios del club de Manchester, han vestido el dorsal “7” y siempre se ha hablado de la mística que existe detrás del mismo, cualquier jugador que porte esa camiseta debe tener un perfil distinto y constantemente se esperará mucho más de él, que del resto, en la actualidad, Memphis Depay es quien lleva tras su espalda esa camiseta mágica de los diablos rojos.
Llegado del PSV Eindhoven como el jugador más importante de la Eredivisie 2014-2015, las expectativas con Memphis eran altas, joven, goleador, rebelde, desequilibrante y con hambre grande de ser el próximo referente de la naranja mecánica, Depay contaba con una serie de características que lo hacían un fichaje ideal para cualquier equipo top de Europa. Cuando el Manchester United venció al Paris Saint Germain por su fichaje, la transacción se vio como un excelente negocio, 19 millones de Euros por uno de los jóvenes más talentosos de Europa lucía, a priori, como la gran compra del mercado de verano.
Ocho meses después la realidad es otra, tras un buen comienzo en Agosto y Septiembre, Memphis empezó a caer en un periodo de irregularidad que coincidió con el comienzo de los malos resultados de su equipo, Louis van Gaal en búsqueda de soluciones, decidió relevar a Depay a un rol secundario saltando desde el banquillo, usando en su posición (extremo por izquierda) al francés Anthony Martial en muchas oportunidades, además el jugador holandés se vio envuelto en una serie de actividades fuera de la cancha que no cayeron bien dentro del club, inclusive Ryan Giggs tuvo una charla con él, para hacerle entender que ese tipo de actitudes no van acorde con lo que representa la entidad de Manchester. Hoy por hoy, Memphis, solo ha sido titular en 9 partidos de los últimos 25 que ha jugado el United y sus apariciones desde la suplencia han venido siendo cameos de 5-10 minutos al final de los encuentros, en los que poco ha podido influir, numéricamente hablando, solo ha podido anotar 2 goles en los últimos 16 partidos e inclusive, en el pasado mes, vio minutos con la sub21 en un movimiento de su técnico para intentar darle confianza y que encuentre algo de forma.
Si se buscan razones para explicar el mal momento de Memphis, la principal y que pasa desapercibida, es la adaptación, venir a un nuevo país, a un fútbol distinto, mucho más físico que la Eredivisie no ha sido fácil para Depay, es conocido que el tema adaptación depende mucho de cada jugador, así como hay unos que no sufren de eso, para otros no es tan sencillo y Memphis parece caer en el grupo de los que necesitan más tiempo y trabajar más para adaptarse, si a eso le sumamos que colectivamente el Manchester United ha estado sumamente por debajo de lo esperado, es lógico asumir que Memphis no ha tenido el mejor escenario para brillar. Otra de las razones son dos apariciones importantes en el United, Anthony Martial y Jesse Lingard, el francés Martial, ha llegado a la Premier League y con su adaptabilidad a varios roles, rendimientos altos, constantes e inesperados para alguien de su edad, ha logrado asegurarse un puesto esencial en el once titular de Van Gaal, mientras que por el otro lado, el inglés Lingard, sin ser un jugador espectacular, ha aprovechado la oportunidad que le ha dado su técnico y con goles, asistencias y actuaciones buenas ha logrado contribuir al equipo de manera regular y frecuente, el nivel de estos dos jugadores ha hecho que Memphis vea pocos minutos y que haya tenido poco tiempo últimamente para demostrarle a su técnico sus habilidades y porque debe ser titular por encima de ellos.
Su partidazo en la vuelta de los dieciseisavos de final de Europa League ante el Midtjylland FC, puede ser un punto de inflexión para Memphis, anotó, creó peligro, rompió el récord de dribblings conseguidos en un partido en la competición y dio la cara en una eliminatoria que se había puesto cuesta arriba para los diablos rojos. Al final del día, Depay tiene tan solo 22 años, todavía tiene un mundo por delante, sólo necesita confianza y un entorno colectivo más efectivo para empezar a demostrar en el primer nivel, ese gran potencial que tiene, el mismo potencial que lo llevó a uno de los equipos más importantes del mundo y de esa forma, finalmente, ser merecido portador de la camiseta número “7” del Manchester United, ante el Midtjylland FC, vimos muchos destellos de lo que puede ser Memphis, ese jugador especial que con cada toque levante a los aficionados de Old Trafford de sus asientos, él que los haga soñar con goles, triunfos y gloria. Cuando quiere, Memphis Depay es capaz de eso.
Caracas (Venezuela), 1987. Ingeniero en Telecomunicaciones . Finanzas en Telefónica VE. Fútbol, cine, música y demás. Administro @MUFCSphera y apoyo en fútbol inglés en @SpheraSports. Cantona y 10 más
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