Mathieu van der Poel volvió a reinar en el adoquín más legendario del ciclismo al conquistar su tercera París-Roubaix consecutiva. A sus 30 años, el neerlandés del Alpecin-Deceuninck se une al selecto club de tricampeones consecutivos de la carrera, junto a Octave Lapize y Francesco Moser, consolidando su lugar entre los grandes de la historia. La victoria llegó tras un duelo vibrante con Tadej Pogacar, marcado por un error del esloveno que allanó el camino para que Van der Poel cruzara en solitario la meta del velódromo de Roubaix.
Un duelo épico truncado por una caída
La carrera prometía ser un espectáculo desde el inicio, con los dos grandes protagonistas de la temporada, Van der Poel y Pogacar. Tras una escapada inicial neutralizada por el pelotón, los últimos 45 kilómetros se convirtieron en un mano a mano entre ambos. Pogacar, debutante en la clásica, lideraba con valentía hasta que un error en una curva a 36 kilómetros de meta lo dejó fuera de la pelea por la victoria. Aunque logró reincorporarse y asegurar el segundo puesto, su caída permitió a Van der Poel escaparse en solitario.
El neerlandés, que ya había demostrado su fortaleza ganando la Milán-San Remo este año, no desaprovechó la oportunidad. Incluso un pinchazo en el Carrefour de l’Arbre no logró frenar su marcha triunfal. Entró al velódromo con más de un minuto de ventaja sobre Pogacar y se dio un baño de masas mientras levantaba su bicicleta en señal de victoria.
El dominio de un campeón legendario
Con esta victoria, Van der Poel suma ocho Monumentos en su carrera, igualando a Pogacar y situándose en el sexto puesto histórico junto a nombres como Kelly y Coppi. Además, refuerza su posición como uno de los ciclistas más completos de su generación, capaz de dominar tanto en clásicas como en etapas explosivas.
«Fue una carrera durísima», declaró Van der Poel tras cruzar la meta. «Lástima que Pogacar cometiera ese error; estaba siendo un rival increíble. Pero así son las carreras. Estoy muy feliz de haber logrado este tercer título consecutivo». Su respeto hacia Pogacar no pasó desapercibido, mostrando la deportividad que caracteriza a estos dos gigantes del ciclismo.
Pedersen completa el podio
Mientras Van der Poel celebraba y Pogacar lamentaba lo ocurrido, Mads Pedersen se llevó el esprint por la tercera posición, repitiendo el resultado del año pasado. Wout van Aert y Florian Vermeersch completaron los cinco primeros puestos en una jornada marcada por las dificultades propias del adoquín y las altas velocidades.
Territorio Van der Poel
Roubaix ha hablado: Mathieu van der Poel es su rey indiscutible. Con este histórico triplete, Mathieu van der Poel ha convertido el Infierno del Norte en su paraíso particular. Su capacidad para dominar una carrera tan exigente como París-Roubaix lo sitúa como uno de los grandes referentes del ciclismo contemporáneo. Ahora, con tres Monumentos ya disputados esta temporada y el empate con Pogacar en títulos históricos, la rivalidad entre ambos promete seguir escribiendo capítulos memorables.