Paco LÓPEZ – Enero es ese mes en el que los grandes no deberían hacer los deberes de agosto. Fichar en invierno puede explicarse por una lesión, una ganga o la desesperación más absoluta. En Reino Unido utilizan el término ‘panic buy’ que refleja muy bien a que me estoy refiriendo. Ese fichaje sobrepagado que busca un efecto de revulsivo para compensar medio año de desastre. Aunque el concepto se pueda asimilar a lo que pasa ahora mismo en Old Trafford, Mata no es una ‘panic buy’.
Surgen muchas incógnitas sobre su adaptación a un equipo tan deprimido como éste. La realidad deja claro que no es el puesto más necesitado de la plantilla, pero es la oportunidad de dar un golpe en la mesa, de fichar a uno de los mejores y que aporta un perfil único. En definitiva, uno de esos talentos que sostiene un proyecto.
QUÉ CAMBIA EN EL UNITED
Uno revisa el plantel del conjunto dirigido por Moyes y ve varios focos descubiertos: el puesto de central no cuenta con ningún jugador solvente para el primer nivel –contando a Jones ya como un pivote-, Evra tiene cada vez un recorrido menor en el club y un creador que sepa dar cierta estabilidad para complementarse con Carrick en los inicios de jugada. Ninguno de esos huecos tiene a Juan Mata como el perfil idóneo pero su forma de jugar dará cierto poso con balón al equipo y puede ser clave en un mejor funcionamiento de Fellaini como ‘red devil’ permitiéndole descolgarse.
Ahora la pelota está en el tejado del técnico escocés. Carrick, Fellaini, Mata, Januzaj, Valencia, Cleverley, Kagawa y Rooney parecen suficientes recursos para que el equipo crezca en torno a un balón con ninguna prisa para atacar. Ahí es donde Mata puede ser diferencial, a un ritmo lento, muy lento, Mata cambia los guiones de los partidos en el momento justo. La responsabilidad que tiene Moyes es concienciar al equipo, inculcar un modelo de juego que se presuponía y que hasta ahora no se ha mostrado.
QUÉ CAMBIA PARA MATA
El centrocampista ha sido el hombre clave del Chelsea en 2011, 2012 y 2013. Sólo Drogba ha tenido más influencia que él en los partidos clave –la Orejona es buena prueba de ello-. Con la llegada de Mourinho su hueco se vio en peligro de extinción, a cambio el Chelsea recibió un proyecto más estable desde la presencia de Ancelotti en Stamford Bridge. Más trabajo sin balón, más velocidad y menos necesidad de tener el balón. Mata fue el gran sacrificado pero en términos globales este Chelsea es más que aquel ganador de la Champions.
No todo se puede explicar desde la perspectiva del cambio de técnico, Mata ha demostrado estar muy por debajo de su nivel. El estilo le pidió cierta adaptación que él rehusó, era el freno de mano de un equipo que buscaba velocidad de crucero. El jugador, en vez de incentivar un mejor estado, bajó los brazos y cada aparición fue más decepcionante. Para Mata todo empieza en enero, una nueva forma de jugar que le beneficia más, pero unas urgencias mayores que le exigen estar mejor. El tiempo se le agota en un año de Mundial tras medio año inactivo entre decisiones técnicas y falta de argumentos para lo que le pidieron.
El movimiento supone un pacto beneficioso para todas las partes. Al Chelsea le salen las cuentas y permite añadir a jugadores que se adapten mejor a su estilo (como Salah); al United llega uno de los mejores jugadores de la Premier dando un golpe encima de la mesa en el mercado de fichajes y para Mata llega una aventura nueva que le permite recuperar la sonrisa y poder reencontrar su juego.
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