Luis Suárez tiene balas para todos

Suárez,
como de costumbre, volvió a ver portería. Jordi Alba le sirvió el
esférico magistralmente para que su remate terminara en la red que
protegía Roberto. El uruguayo lograba así batir a todos los rivales
con los que se ha enfrentado en Liga, 25 en total, siendo el Real
Betis el conjunto más herido por el pistolero. Una suma que reúne
106 goles.

Un
depredador de la portería, un reincidente del gol. Ese perfil de
jugador que siente la ineludible necesidad de insistir en la búsqueda
del beneficio del equipo y de su propia satisfacción.

Luis,
con todas sus diferencias, intenta seguir los pasos de Messi que,
recientemente, logró un nuevo récord, convirtiéndose en el jugador
que consigue marcar a más equipos en Primera División, con una
cifra de víctimas que asciende hasta 36. En cuestión de goles,
sigue su estela. Aunque las dudas estuvieron presentes al
inicio de temporada, Suárez es el segundo máximo goleador de la
Liga con 21 tantos y sigue imponiendo su olfato goleador.

El
nueve del Barça no empezó bien. Los 478 minutos que Suárez se
encontró lejos del gol, generaron el debate en la grada, en el sofá,
en las redes y en el bar. Los expertos en vaticinar declives en las
carreras deportivas salieron a la palestra y, aunque existe la
certeza de que posiblemente no volveremos a ver una actuación tan
brillante como la que fuera “la Liga de Suárez” en 2015-2016, la
temporada del charrúa se está resumiendo con importantes goles, y
éstos son la balanza que dictamina hacia dónde se dirigen los
títulos. Algo que recuerda el peso de un jugador insaciable e
insistente, que resulta el mayor hartazgo para la línea defensiva y
que utiliza su cuerpo para bailar con el balón.

La
falta de efectividad estuvo haciéndole sombra a sus actuaciones. Un
rompecabezas que radicaba en la definición, porque inevitablemente
al delantero se le reclama el gol. Alejado de su mejor versión,
amoldándose a los cambios de una nueva pizarra que le exigía
esfuerzos y kilómetros.

Evidentemente,
la mentalidad juega un papel relevante. La cabeza manda y es
fundamental para superar las adversidades. Cualquier jugador que
tiene, a parte de su aporte colectivo, un cometido tan claro como la
suma de goles, empieza a ansiar el tanto cuando el acierto habitual
desaparece. Sin embargo, como no podía ser de otro modo, el
pistolero se reencontró con la precisión para disparar sus balas.
Hallar la confianza y el bienestar, que la mente acompañe el
físico. Cuestión de sensaciones.

Suárez,
que ha significado volver a disponer de un nueve de garantías en el
club azulgrana desde que Eto’o abandonara la entidad, ha sumado 18
goles en los últimos 16 partidos. Un porcentaje de acierto que
despeja dudas para quien las tuviera.

El
pistolero ha demostrado que tiene balas para todos. El reto ahora
reside en Europa, donde Luis no ha marcado todavía en la vigente
temporada. El próximo partido de vuelta de octavos simboliza una
cita vital, en la cual el Barcelona buscará seguir vivo en la
competición reina.

Ya nadie recuerda
que el uruguayo tuvo que reconciliarse con el gol, ni siquiera que
ambos se separaron por un tiempo. Los tres besos del pistolero tras
desenfundar el arma es un habitual que la afición azulgrana espera
presenciar en su hogar, en una noche especial, bajo las estrellas y
el sonido de la anhelada Champions League.