“Contrata personalidad. Entrena habilidad.” Peter Schutz.
Es una frase que describe el contenido del ADN de un atleta, ADN que está compuesto de disciplina, lucha y carácter. Forjado a través del saber caer y levantarse, generado por la competencia deportiva.
Muchas de esas características son las que buscan por años las empresas para conseguir colaboradores adecuados y entregados con la gestión de su organización. Pero históricamente se ha ignorado a los atletas, que naturalmente cuentan con estas características.
Ahora, pensando llevar estas particularidades únicas en atletas a la gestión de una organización deportiva. Nos damos cuenta que estamos ante un diamante en bruto, generado por la combinación perfecta de estas características para lograr una labor exitosa dentro del deporte.
La gestión deportiva es una rama de la administración relativamente nueva dentro de la historia. Al punto que en muchos países es una labor que aún no está profesionalizada.
Profesionalizar la gestión deportiva es posible de la siguientes manera: preparando cursos, diplomados, carreras universitarias y maestrías que se dan para preparar a profesionales del deporte.
Al punto que países como Alemania tienen en el deporte más del 5% de su Producto Interno Bruto.
En la actualidad las Federaciones Internacionales (FI´s) y el Comité Olímpico Internacional (COI), han establecido programas y planes que desarrollen integralmente a los atletas.
Esto conlleva generar conocimiento y docencia en cada uno de los atletas activos, buscando que logren desarrollar habilidades que le funcionen para el día después de su retiro.
Es importante que los atletas entienda su rol dentro del sistema deportivo, y en su poder de cambio ante la sociedad, ser atleta no es solo una medalla, es una responsabilidad de retorno de conocimiento para su país y el mundo.
Hoy día se está empezando a trabajar para que los atletas retirados sean el perfil perfecto de un gestor deportivo, realmente formado y que apunte a ser un profesional de la rama.
Es un ciclo que se repite cuando atletas activos son formados por atletas retirados y el proceso se repite.
La importancia del atleta dentro del sistema deportivo toma más preponderancia que nunca, ya que el sistema está haciendo posible que el perfil de un atleta sea el más conveniente para convertirse en el próximo gestor deportivo.
Por eso se puede decir, cuando un atleta es gestor ya cuenta con la personalidad, solo se debe entrenar la habilidad para la gestión.
¡Vale la pena dejar tú gestión en manos de un atleta preparado!
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