Tras jugarse el descenso en el último partido de la temporada pasada, daba la sensación que el Stuttgart había aprendido la lección. Contrató, con bastante tiempo de antelación, a Alexander Zorniger, un entrenador que nació a pocos kilómetros de la ciudad, joven, con ideas nuevas y una propuesta de fútbol muy ofensiva y consiguió retener a la mayoría de los hombres importantes más importantes del equipo como Maxim, Didavi o Werner. Se fueron Ullreich y Rüdiger, dos jugadores que fueron muy importantes años atrás, aunque a equipos de rango superior (Bayern y Roma), por lo que no pudieron hacer demasiado. Sin embargo, el club decidió volver a dar un paso atrás y despidió a Zorniger cuando la primera vuelta ni había terminado. Kramny recogió el testigo y llegó a tener los puestos Europeos a solo tres puntos de distancia, pero el equipo volvió a entrar en una dinámica negativa… Y no ha salido de ella. Solo queda una jornada y el Stuttgart es penúltimo, lo que significa que el descenso puede ser una realidad. Y, esta vez, la situación es, francamente, complicada porque no dependen de sí mismos para salvarse: Necesitan ganarle al Wolfsburgo en el Volkswagen Arena y que el Werder Bremen pierda en casa ante el Eintracht Frankfurt o que el mismo Frankfurt pierda por una diferencia de seis goles. No parece la mejor de las situaciones.
Los cinco pecados capitales del Stuttgart
La defensa, el eslabón más débil. 72 goles ha encajado el Stuttgart esta temporada. Los datos hablan por sí solos. Son el equipo que más goles en contra ha recibido, muy por encima del segundo, el Werder Bremen (65). El equipo sureño recibe una media de 2,18 goles por partido. Ningún central ha tenido continuidad ni ha dado un nivel destacado. La dirección deportiva vendió a Rüdiger demasiado tarde (19 de agosto) y tuvo que fichar de urgencia a Toni Sunjic, procedente del Kuban Krasnodar. El bosnio no ha cumplido y no parece que vaya a quedarse en el club, ni en primera ni en segunda.
Despido de Zorniger. Por fin parecía que el Stuttgart iba a empezar un proyecto a largo plazo. Alexander Zorniger fue el elegido y despertó ilusión entre los aficionados. En pretemporada, el Stuttgart llegó a ganarle 4:2 al Manchester City, desplegando un juego ofensivo que invitaba al optimismo. La temporada empezó mal en términos de resultados, pero en cuanto a juego, el equipo de Zorniger era una alegría para la vista. Solo era cuestión de tiempo, se pensaba. Hasta la sexta jornada no llegó la primera victoria, pero las sensaciones fueron empeorando paulatinamente. Acabó siendo despedido en la jornada numero trece tras haber sumado solo 10 puntos y estar en antepenúltimo puesto. El Stuttgart volvía a empezar…
1 gol en contra = 1 golpe moral. El Stuttgart ha acusado más que nunca los goles en contra. Cada vez que lo hacía, tardaba en recuperarse del golpe. El nerviosismo aflora cuando el rival marca y el equipo se descompone. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana perdieron 1:3 tras empezar ganando en el minuto 6.
No hay un goleador: Desde hace algún tiempo, el Stuttgart viene acusando la falta de un goleador que logre una cifra aceptable de goles. Vedad Ibisevic fue el último, pero se marchó este verano al Herta Berlin. El bosnio no es el más jóven (31 años), pero al final acababa garantizando goles (15 goles en total la temporada 13/14). La temporada pasada, el máximo goleador fue Harnik con 9 tantos, aunque no es delantero. Didavi ha sacado ha relucir su faceta goleadora este año (13 goles), pero es un mediapunta. El delantero que más goles lleva este año es Werner (7), que no suele ser el titular habitual. Kravets, fichaje invernal, solo lleva 1 gol y parece que la cesión no se alargará. Puede ser que si Daniel Ginczeck no estuviera lesionado no se estaría comentando esta cuestión, pero a día de hoy, los números son los que son.
Mala planificación deportiva. Robin Dutt no fichó todo lo que tenía que haber fichado. Se retrasó demasiado con el central para acabar fichando a uno que no ha tenido demasiadas tardes de gloria. Tampoco ha tomado la decisión de «hacer una limpia»: Niedermeier, Harnik o Schwaab llevan varias temporadas sin dar el nivel mínimo exigible. Son pesos pesados del vestuario, sobre todo los dos primeros, pero sus tiempos dorados ya pasaron. En enero reforzó al equipo con varios fichajes: Kravets, Grosskreutz y Federico Barba. Kravets solo lleva un gol y Grosskreutz y Barba estuvieron demasiado tiempo lesionados. En este sentido, no toda la responsabilidad es suya, pero faltaron fichajes en la línea defensiva.