Después de un Verano de los que gustan al buen aficionado al deporte en el que hemos podido disfrutar de una Eurocopa y unos Juegos Olímpicos, en el fútbol europeo las competiciones ligueras domésticas volvieron a recuperar la normalidad, ¿todas? ¡No! Una liga poblada de irreductibles aficionados sufridores resiste todavía y siempre a iniciar su campeonato como debiera ser.
Y ya parece algo normal, y pocos son los que se preguntan qué es lo que ocurre en Grecia para que la competición no empiece cuando debe. Estamos demasiado acostumbrados a leer cada poco tiempo que la Superliga o la Copa de Grecia se detiene por diferentes motivos y en esta temporada, hemos tenido que esperar a lo que sería la tercera jornada de Superliga para que el balón eche a rodar en los estadios griegos. Siempre se repiten los mismos motivos siendo el más común el de la violencia. Desde que Stavros Kontonis llegase al poder en el ministerio de deportes, las competiciones han sufrido varios parones, pero esta vez, todo ha estallado por otro motivo diferente. Todo esto da para un completo dossier que se intentará explicar en futuros artículos pero para que el aficionado al fútbol se haga una idea, aquí va una pequeña explicación del motivo del retraso en el comienzo de la temporada futbolística en Grecia.
Stavros Kontonis
La noticia saltaba poco antes de que el campeonato tuviera que dar inicio y es que Kontonis decía que todo quedaba parado, que no rodaría el balón. El motivo no es otro que la denuncia sobre la Federación Griega de Fútbol (EPO) o más bien sobre sus principales dirigentes acusados de fraude. Hasta que no se “limpiase” la cúpula de la Federación, no había nada que hacer. El principal acusado, el presidente Girtzikis, se negaba a abandonar el puesto. Sobre todo hasta que no se celebrasen las elecciones previstas para Octubre. Pero otro motivo cobraba fuerza para que Kontonis siguiese con la idea de mantener el parón y es que sin previo aviso, la propia Federación nombró junto al Comité de Árbitros los colegiados designados para esta temporada. Esto provocó tal revuelo que incluso se formó un “frente anticorrupción” formado por Panathinaikos, AEK Atenas y PAOK. Claro que esto lleva directamente a pensar, ¿por qué no está ahí Olympiakos? La respuesta parece obvia y es que una vez más el club de El Pireo estaba en el punto de mira de sus rivales y la sombra de la corrupción vuelve a sobrevolar sobre la cabeza de Marinakis. Finalmente, con mediación de la FIFA incluida, Kontonis ha conseguido todos los implicados y cabezas visibles de todo este lío dimitan y por fin se diese luz verde al inicio de la Superliga de Grecia.
Oscar Cardozo firmó por el Olympiakos
En cuanto a lo deportivo, la situación no pinta mucho mejor y es que a la crisis de la selección, fuera de la última Eurocopa de manera catastrófica, se le suma que tras diecinueve temporadas consecutivas, los griegos no tendrán un equipo en la Fase de Grupos de la máxima competición europea como es la Champions League por lo que les tocará luchar codo a codo en la consolación de la Europa League, sobre todo a un Olympiakos acostumbrado a visitar a los grandes equipos del continente. Esto hace que parezca que el campeonato liguero pueda estar por fin un poco más igualado tras tantos años de dominio absoluto de Olympiakos, pero eso ya se irá viendo en la propia evolución de la competición. Ahora toca disfrutar de los ambientes en los estadios, muchos de ellos venidos a menos, y de los fichajes que tanto asombran al aficionado de a pie como todos aquellos que en su día jugaron en una gran liga y ahora buscan acomodo en el país griego en busca de terminar de la mejor manera posible sus carreras, un ejemplo de ello son los fichajes de Lescott o Chygrynskiy por el AEK Atenas, Cardozo por Olympiakos o Masoud en Panionios. Otros que buscan relanzar sus carreras como Marin en Olympiakos, o Ibarbo y Wakaso en Panathinaikos y también ese gran mercado que tiene la Superliga de sudamericanos que llegan al continente europeo en busca de una oportunidad para utilizarla como trampolín de lanzamiento a una liga con mayor caché.
En definitiva, comenzó a rodar el balón en Grecia, ahora sólo cabe esperar que no se detenga, que lo dejen seguir rodando con la mayor limpieza y libertad posible y que el buen aficionado al fútbol pueda seguir disfrutando.