España cayó con dureza en los octavos de final del Mundial femenino celebrado en Alemania ante Noruega, el peor y más difícil de los rivales (23-31). Las Guerreras, que sabían de lo complicado del cruce cuando acabaron terceras en la fase de grupos («Que no nos pidan mucho», decía Silvia Navarro), llegaron a colocarse a solo dos goles en el minuto 26, pero las imprecisiones y la falta de puntería fue clave. Las escandinavas fueron un rodillo que no tuvo piedad el resto del partido.
¿Es una decepción caer así ante un rival como Noruega? No. Se trata de uno de los grandes favoritos a llevarse el título. Cuentan con jugadoras de rematada experiencia y calidad. Y son las vigentes campeonas mundiales. Sí es una decepción pasar de puntillas en fase de grupos (aún habiendo evitado la derrota ante Francia, otra bestia negra) y caer a las primeras de cambio en eliminatorias.
Lo es porque el historial de Las Guerreras es impresionante. Subcampeonas europeas en 2008 y 2014, terceras en el Mundial de 2011 y un histórico bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012. En los últimos tres años, sin embargo, los éxitos se han disipado. Eliminadas en octavos en los dos últimos mundiales, últimas en la segunda fase del último Europeo, y eliminadas en cuartos en los Juegos de Río. La llegada al banquillo de Carlos Viver, que ha tratado de rejuvenecer a un equipo sin muchas de sus estrellas de antaño.
Marta Mangué, Macarena Aguilar, Eli Pinedo… Poco a poco, los nombres más reconocibles de esta selección han ido desapareciendo, dejando como referentes a Carmen Martín y Silvia Navarro. Por detrás, hasta seis debutantes en el combinado nacional, sin experiencia en un Mundial y con la dificultad de contar con escasos entrenamientos para aumentar la compenetración del equipo.
Eli Pinedo anunció su retirada en agosto de 2016
Quizá un torneo de tal prestigio ha llegado demasiado pronto para una plantilla que no parece preparada. El verdadero nivel de las nuevas Guerreras se verá en los próximos años, cuando las debutantes se asienten, las jóvenes como Seynabou Mbengue adquieran más relevancia y otras como Lara González, Alexandrina Cabral y Nerea Pena den un paso adelante. Solo tres jugadoras superan los 30 años y más de la mitad (9 de las 16 convocadas) juegan en el extranjero, lejos de una Liga femenina Iberdrola que pierde más nivel cada año.
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