Cuando tenía 16 años, Isiah Pacheco se levantó una mañana. Se puso un traje que había comprado en una tienda de su barrio y, con la mejor cara que pudo y la tristeza impregnada en su rostro, acudió al funeral de su hermana, asesinada en su domicilio unos días antes. Solo unas horas después de darle el último adiós, estaba cuajando una actuación soberbia con su equipo de instituto que sorprendería a todas las universidades corriendo 157 yardas y anotando tres touchdowns para darle una victoria aplastante a su equipo. Aquel no era el primer entierro al que iba el pequeño de los cinco hermanos de la familia Pacheco y es que, pocos meses antes, había tenido que decir adiós a otro hermano, también asesinado. Ocho años después, Isiah Pacheco es una pieza fundamental de los Kansas City Chiefs y el domingo buscará su tercer anillo de campeón de SuperBowl para romper algunos registros.
Isiah Pacheco nació en Vineland, Nueva Jersey, en 1999. De ascendencia puertorriqueña, siempre tuvo muy presente sus raíces latinas y se crio en su cultura empapada de ellas. Isiah era el pequeño de una familia muy humilde que tenía cinco hijos. Era un portento físico de la naturaleza. Jugaba al fútbol americano y al baloncesto de maravilla y puso a todas las escuelas de Nueva Jersey a hacer fila por tenerle estudiando en sus institutos cuando cumplió los 12 años. Hasta entonces, jugaba al fútbol en una liga infantil y fue en un partido de aquellos donde se ganó su primer mote: Pop. Ese, pop, fue el sonido que provocó un violento placaje que le realizó al quarterback del equipo rival y aquella onomatopeya le iba a acompañar de por vida.
Algo especialmente inusual es que, en su primer año de instituto, Pacheco fue votado por unanimidad por sus compañeros de plantilla para ser capitán. Tenía 13 años e iba a competir con y contra alumnos de 18, pero aquello no iba a importar para que le eligieran titular desde el primer día y una de las cabezas visibles del vestuario. Pacheco brilló en béisbol, jugó a muy buen nivel en baloncesto y alternó las posiciones de cornerback, quarterback y running back en fútbol americano durante sus cuatro años de instituto. Pero su vida iba a cambiar por completo sin siquiera saberlo.
Corría el 10 de enero de 2016 cuando Travoise, el hermano mayor de Isiah, fue apuñalado en su apartamento. Tenía 29 años. Según los informes policiales, más tarde se detuvo a un sospechoso del homicidio, que se declaró culpable de los cargos y terminó entre rejas. Aquel asesinato trastocó a Isiah. “Mi hermano y yo teníamos un vínculo especial gracias al fútbol. El fútbol nos había unido. Él era el típico hermano que iba siempre a los partidos, gritaba y me apoyaba”. En cuanto pudo, Isiah dejó de portar su dorsal, el 1, para llevar el 10, el que había llevado Travoise en sus años de jugador.
Aquella muerte unió mucho más a la familia e Isiah se acercó más aun a su hermana Celeste. No había sido capaz de superar la pérdida de Travoise cuando le sacudió una tragedia mayor: Celeste fue asesinada poco después, cuando tenía 23 años. La encontraron con un disparo en su cabeza. ¿El autor? Su pareja. Un crimen que le hizo ser condenado a 65 años de cárcel y que dejó a tres niños huérfanos. Hoy, eso sí, Isiah los ha acogido como suyos y son parte de su energía para los partidos.
Porque si algo asombró a los expertos en reclutamiento de jugadores es que Pacheco parece jugar con un fuego interno especial que le hace imparable. “La muerte de Celeste le provocó un agujero en el corazón que nunca se cerrará”, admitió su padre. “Celeste era mi mejor amiga y era como una segunda madre”, reveló Isiah, que se terminó encerrando en su soledad y sacando toda su rabia cuando el oval estaba en juego. Celeste había sido quien le había guiado por el buen camino y quien le había mantenido alejado de las malas compañías, tratando siempre de que fuera humilde y respetuoso, sobre todo en esos años de juventud que le estaban proyectando como una pequeña estrella local.
Pero había que seguir. De eso trata la vida. Y Pacheco empezó a jugar cada vez mejor. Quizás, en los días posteriores a la muerte de su hermana, cuajó sus dos mejores actuaciones de siempre a nivel de high school. Solía dedicar cada anotación lanzando besos a la grada, con dirección a su madre, quien sabía que más estaba sufriendo. También al cielo, directamente a sus hermanos.
Y llegaron los cantos de sirena. Igual que habían hecho los institutos, a Pacheco le llegaron centenares de cartas de reclutamiento de decenas de universidades, pero él prefirió decantarse por Rutgers por un simple motivo: estaba cerca de casa. La sangre latina le había hecho desarrollar un sentido de pertenencia para con su familia y sentía que no podía romper ese vínculo y arriesgarlo todo yéndose lejos. La familia era lo más importante. Más incluso entonces, cuando todos tenían que aunar fuerzas para superar dos tragedias en tan corto espacio de tiempo.
Los años en Rutgers fueron fascinantes. Pacheco cuajó actuaciones notabilísimas, pero de manera (sobre todo hoy) incomprensible, Isiah pasó la noche del Draft 2022 como una de las más tristes y decepcionantes de su vida. Los equipos iban eligiendo a sus futbolistas y su nombre nunca salía. Un running back (RB) tras otro (así hasta 21) tuvieron que pasar para que Pacheco acabara definiendo su futuro. De 262 jugadores seleccionados, Pacheco fue la elección número 251, en séptima ronda, al borde de quedarse sin equipo. De 22 running back elegidos, Pacheco fue el último. Había pocas esperanzas para él. Aquello suponía que, muy probablemente, ni siquiera hiciera carrera en la NFL. Los Kansas City Chiefs no se lo pondrían fácil. La plantilla ya contaba con tres jugadores en su posición. Pacheco iba a ser el cuarto en discordia.
Clyde Edwards, elegido dos años antes en primera ronda, era el RB titular del equipo. Pero Pacheco decidió arriesgar. No tenía nada que perder. Lo primero que hizo fue elegir el 10, el dorsal de su hermano, aquel que dejaba, ni más ni menos, una súper estrella del equipo como Tyreek Hill. Y pronto se erigió como la segunda opción para acabar haciéndose titular cuando una lesión dejó KO a Edwards. Y ya nadie sentó al de Nueva Jersey. Su buena sintonía con Mahomes y su facilidad para sortear rivales desde abajo hicieron el resto.
Los Chiefs fueron alternando el juego de pase con el juego de carrera y, con tres estrellas en las posiciones de ofensiva, se alzaron como favoritos al anillo. Lo lograron ese mismo 2022, en una SuperBowl en la que Pacheco logró un touchdown. Un año más tarde, los Chiefs, ya con Pacheco como estrella titular (lo que supuso el traspaso de Clyde Edwards) revalidaron el anillo. Pacheco se convirtió en el único RB de la historia en ganar dos anillos en sus dos primeras temporadas.
El próximo domingo (madrugada del domingo al lunes en España) Isiah Pacheco y los Kansas City Chiefs tienen la oportunidad de volver a entrar en los libros de historia. Ningún equipo ha conseguido tres anillos consecutivos. Ningún jugador ha ganado tres anillos seguidos y, mucho menos, ninguno lo ha logrado en sus primeros tres años en la Liga.
Esta no ha sido una temporada fácil para el corredor de ascendencia puertorriqueña, pues en la semana 2 sufrió una fractura de peroné y eso hizo a los Chiefs ir a buscar a Kareem Hunt. Ahora, con los dos en forma, Pacheco se ha visto relegado a una segunda opción. De hecho, si uno pone el nombre de Isiah Pacheco hoy en los buscadores de redes se topará con algo muy doloroso. El deporte no tiene memoria y la gente no tiene corazón, pues todo está inundado de memes y críticas hacia el hacer de Pacheco. El puertorriqueño ha ido contando cada vez menos en detrimento de Hunt y sus prestaciones tras la lesión no han sido las mejores. De hecho, solo ha sumado un touchdown en toda la temporada (ha llegado a participar en nueve partidos) y fue en el partido inaugural, antes de lesionarse. Hunt ha sido más importante en momentos decisivos y todo apunta que será la primera opción de Mahomes cuando tenga que dar el balón a la mano en la finalísima ante los Eagles. Pero Pacheco suele sacar su fuego interno en los momentos de mayor necesidad. Y suele luchar contra las adversidades, eso ha quedado más que claro.
Periodista | Profesor | Deporte en general y fútbol en particular | 📚Escribí 'Atleti, historia de un despertar' | A veces hago hilos 🧵
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