Hasta aquí hemos llegado. Luis Enrique, como ya sabréis la gran mayoría, ha anunciado que dejará el F.C.Barcelona al final de esta temporada. Y lo ha dicho sin previo aviso, por sorpresa. Llama un poco la atención de que haya decidido hacerlo ahora y de repente. Pero es una decisión que parece haberse meditado durante tiempo y que, si el técnico asturiano decide oficializarlo ahora, tendrá sus razones. Entre ellas pueden estar la presión continua y el debido desgaste habituales de tener que entrenar al Barcelona, así como problemas para mejorar la imagen del equipo. Una decisión honrada, sincera.
Porque para que decida abandonar el barco y tomarse un respiro, motivos hay. El principal para cambiar de aires parece ser que es profesional. Él mismo ha reconocido que siempre busca soluciones y la mejor forma de mejorar al equipo. Y puede que se haya encontrado sin alternativas para variar el rumbo de este Barcelona. Porque el conjunto culé, a pesar de que continúa vivo en tres competiciones (aunque la Champions está difícil, por no decir imposible) no pasa por un buen momento. El juego del equipo no es fluido, no atrae y parece un equipo, por momentos, deprimido. Ha continuado siendo efectivo, pero gracias a las genialidades de individualidades puntuales. Normalmente del 10.
Este análisis no es algo que haya surgido tras la derrota frente al Paris Saint Germain. El equipo ya había mostrado varios síntomas de empobrecimiento del juego. Pero quedaban en un segundo plano gracias a los resultados. Ojo, que esto no significa que sea culpa de Luis Enrique. El técnico asturiano ha conseguido devolver al conjunto catalán muchas virtudes del pasado, además de innovar en algunos aspectos del juego. Gracias a ello se han conseguido un buen número de títulos. Pero no es fácil mantener un nivel tan alto, y menos cuando los rivales también mejoran y estudian para poder vencerte. Los aficionados azulgrana tienen más que agradecer a ‘Lucho’ que reprocharle.
Evidentemente, no podemos obviar otra razón de peso: el desgaste. Ser entrenador de fútbol a primer nivel es vivir en una tensión continua. Pero serlo en el Barcelona es otra cosa. Y más un técnico con la personalidad dura, a veces demasiado, como Luis Enrique. Su relación con la prensa ha contribuido sobremanera a este desgaste, por supuesto. Con errores en ambos bandos, las críticas hacia su trato personal se han incrementado con el paso del tiempo. Y con esto se ha ganado enemigos de pluma afilada, con lo que la posibilidad de crítica es mucho mayor. La prensa puede ser un poderoso amigo o un temible enemigo.
Así que, finalmente, el técnico asturiano ha dicho basta. Necesita un descanso y desconectar. El desgaste por el ruido mediático en torno al Barcelona, un equipo donde siempre hay algún cabo suelto; así como la presión de tener que dar siempre un gran nivel, acaba con todos. El equipo no encuentra su juego y el entorno para trabajar y tratar de solucionarlo no es el adecuado, por lo que Luis Enrique ha decidido abandonar el barco a final de temporada. Pero no desde un aspecto negativo, sino como una acción honrada: necesito descanso y no consigo encontrar soluciones, así que pase el siguiente.
Pero queda una pregunta en el aire. ¿Por qué ahora?. Puede haber muchas causas, pero yo, personalmente, me quedaría con dos. La primera es que Luis Enrique acaba así con las preguntas y la insistencia en torno a su renovación. No seguirá, así que ya no hay debate. Sin embargo, parece evidente que ahora las preguntas irán dirigidas tanto a su futuro, como su opinión respecto al futuro del club: candidatos a sucederle, jugadores, etc.
Por otro lado, anunciarlo ahora puede ser una manera de darle tiempo al club. Evidentemente el Barcelona debe comenzar a trabajar para planificar la temporada que viene. Encontrar un entrenador, que no va a ser nada fácil, y comenzar a estructurar el nuevo equipo. La secretaría técnica azulgrana tiene tiempo y margen para trabajar y remodelar un proyecto deportivo que pierde a uno de sus pilares.
Pero siendo algo para el club, ¿Por qué no anunciarlo sin más al club en lugar de hacerlo público? Porque confirmarlo es lo más sencillo. Te ahorras posibles filtraciones, que siempre hay, y acabas con el posible ruido mediático que se producirá en torno al futuro de técnico y club. Pese a que, irremediablemente, comenzará el baile de informaciones respecto a posibles sucesores, fichajes que podrían llegar, e incluso los motivos que llevan a Luis Enrique a dejar el cargo (me incluyo en ésta). Y otro elemento a tener en cuenta será cómo puede afectar al equipo el hecho de que, faltando la parte final de la temporada, su entrenador no seguirá la temporada que viene. Pero eso lo deberemos ir viendo.
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