Ha pasado mucho tiempo desde el debut de Kyriakos Papadopoulos a nivel profesional. Su oportunidad le llegó muy pronto. Takis Lemonis, que fuera entrenador del Olympiakos, le dio la oportunidad en un partido de la Superliga en la que ganaron 1-3 al Atromitos. Un debut como otro cualquiera. Sin embargo, Kyriakos tenía 15 años y 283 días, convirtiéndose así en el jugador más joven en debutar en el campeonato griego.
Aunque no jugó muchos partidos, en el palmarés del jugador constan los dobletes conseguidos durante dos temporadas consecutivas y el de la Supercopa en Grecia. Sin haber cumplido 18 años, el jugador fue traspasado al Schalke 04 de Felix Magath por unos dos millones de euros. Kyriakos coincidía así con Manuel Neuer, Benedikt Höwedes, Christoph Metzelder o Raúl González, además de un jovencito Julian Draxler, un año menor que el defensa griego. En su primer año en Alemania conquistó la DFB Pokal, jugando la final como titular ante el MSV Duisburg, al que ganaron por un contundente 5-0. Allí en Gelsenkirchen estuvo algunas temporadas y fue, también allí, donde comenzó su calvario. Se perdió un mes por una lesión en el abductor y luego casi un año completo tras sufrir una lesión de rodilla. Y eso, sin haber cumplido los 20 años.
Papadopoulos y Charisteas celebrando el título de DFB Pokal con el Schalke 04 (PATRIK STOLLARZ/AFP/Getty Images)
A partir de ahí fueron continuas las lesiones o ausencias en los terrenos de juego del futbolista griego, Desde que llegara a la Bundesliga, la 2011-12 fue su temporada más completa en el fútbol, jugando más de cuarenta partidos en tres competiciones diferentes. Los años siguientes ya su participación fue menor. Cuando parecía que volvería, el futbolista acabaría por salir de sus equipos por problemas físicos. Eso le pasó con los mineros y, años después, con el Leverkusen, donde jugó dos temporadas (la 1ª de ellas como cedido). Era difícil ver a Papadopoulos jugando una campaña completa.
Al inicio de esta temporada, el Leverkusen decidió ceder al jugador al RB Leipzig, un club recién ascendido que sería buen lugar para el resurgir del jugador. Sin embargo, la buena racha del club del este de Alemania impidió que Kyriakos entrara en las alineaciones, puesto que el club estaba realizando una grandísima temporada y el once se mantenía prácticamente intocable. Pudo debutar en la 4ª jornada, en casa, ante el Borussia Mönchengladbach, sustituyendo a Marvin Compper en el 63′. El Leverkusen, viendo que no le daban una oportunidad a su jugador, decidió volver a cederlo en el mercado invernal, a otro club de la 1.Bundesliga, el HSV. El histórico club de Hamburgo estaba pasando un mal momento y reforzó su defensa con las incorporaciones de Papadopoulos y Mergim Mavraj. Curiosamente, siendo central, «Papa» tuvo que quedarse con el dorsal 9 de la plantilla, un dorsal típico para un delantero y no para un defensa central.
Papadopoulos y Mavraj en un partido del HSV (Stuart Franklin/Bongarts/Getty Images)
No obstante, en ocasiones el dorsal hace milagros. Kyriakos ha sido titular desde el primer minuto en el HSV. Además, ha sido un jugador clave. No solo ha mejorado en equipo en defensa, sino que se ha convertido en el salvador. En su debut en casa, al 3º partido, un gol suyo dio la victoria ante el Bayer 04 Leverkusen. Pero ahí no acabó el tema. Ante el RB Leipzig, el club sorpresa de la liga y en el que había estado cedido la 1ª parte de la competición, otro gol suyo abrió el marcador y al final se consiguió una victoria vital por 0-3 en un campo complicado. Curiosamente, le ganó al Olympiakos siendo jugador del Schalke 04 y también a Leverkusen y RB Leipzig vistiendo los colores del conjunto de Hamburgo.
Kyriakos Papadopoulos llegó al HSV para ir cogiendo forma y tener minutos y se ha convertido en el héroe de la afición de Hamburgo. El hombre que ha devuelto la ilusión a un club que estaba pasando por el peor momento de los últimos años. «Papa» ha recuperado la sonrisa, se ha vuelto a sentir futbolista y eso en Hamburgo lo agradecen. Debutó siendo aún un niño, siendo defensa central y ahora no solo defiende, sino que está dando victorias a su equipo. Markus Gisdol confía en él y le ha dado protagonismo, cosa que no hizo Ralf Hasenhüttl, y el jugador responde con buenas actuaciones e, incluso, con goles. Kyriakos se ha reinventado y se ha contagiado de su dorsal. Ha vuelto, para quedarse.