Siete días y unas cuantas horas después de que el Hellas Verona confirmase la llegada de Antonio Cassano tras seis meses inactivo, el delantero italiano sorprendía a la totalidad del Calcio con la decisión de abandonar la disciplina del equipo recién ascendido, llegando a filtrarse su voluntad de retirada definitiva del fútbol en todos los medios deportivos de Italia.
El motivo principal de su repentina, chocante y extraña decisión no era otro que la nostalgia del hogar. La familia Cassano vive en Génova, a casi 300 kilómetros de distancia en coche, y ‘Fantantonio’ no se veía con la suficiente fuerza mental para acometer toda una larga temporada alejado de ellos. Las explicaciones más detalladas se esperaban para la rueda de prensa convocada por el propio jugador. Sin embargo, Cassano volvía a sorprender con un nuevo giro de guion. La penúltima de sus ya célebres ‘cassanatas’.
El internacional azzurro saltaba a la rueda de prensa con la noticia de que finalmente se quedaba en el Verona, que las voces que hablaban de su salida del club horas antes eran ciertas, pero que se debían a un episodio puntual de debilidad. «Ha sido solo un momento de gran debilidad, pero esta es mi apuesta. No me retiro, me quedo en el Hellas Verona. A veces hago apuestas erróneas, viscerales, pero esta la quiero ganar. Esta mañana me estaba equivocando por enésima vez, pero ahora estoy convencido de que ganaré esta apuesta», afirmó Cassano delante de los micrófonos.
Lo que parecía ser el epílogo del último episodio extradeportivo de Antonio Cassano en el mundo del fútbol, solamente ha resultado ser un interludio, ya que una semana después de su escena ‘Fantantonio’ confirmaba en primer lugar y a través del perfil de Twitter de su mujer, su salida del Verona por los motivos familiares ya referidos, para apenas unas horas más tarde borrar el anterior tweet y en el mismo perfil de la red social, afirmar que «mi esposa se ha equivocado y después de haberlo pensado bien he decidido que Antonio Cassano no jugará nunca más a fútbol».
«Pido perdón a la ciudad de Verona, a todos los aficionados, al presidente, al director deportivo, al entrenador, a mis compañeros de equipo y al staff médico y técnico. Para un hombre de 35 años, las motivaciones son las que mueven la vida y en este momento siento que mi prioridad se basa en estar cerca de mis hijos de mi mujer», finalizó el futbolista italiano en su decisión -siempre aparentemente- definitiva. Pero quién sabe con Cassano de por medio, tal vez esta no se más que la enésima ‘cassanata’ y todavía nos quede por presenciar y contar un nuevo capítulo de la parte final de la carrera de un talento tan especial como desaprovechado, irreverente y alocado.
Imágenes | hellasverona.it
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