El equipo canario, dirigido por el maestro Txus Vidorreta, demostró una vez más por qué es considerado uno de los conjuntos más sólidos y competitivos de la Liga Endesa, imponiéndose en el Palau Blaugrana por 92-95.
Con 41 años recién cumplidos, el eterno Marcelinho Huertas sigue siendo el faro que ilumina el juego tinerfeño. Su actuación en el Palau fue simplemente magistral: 19 puntos y 15 asistencias para un total de 29 de valoración. El base brasileño orquestó la sinfonía perfecta, encontrando a sus compañeros con pases imposibles y controlando el tempo del partido a su antojo.
Sin embargo, sería injusto atribuir todo el mérito a Huertas. La Laguna Tenerife es un equipo en mayúsculas, donde cada pieza encaja a la perfección. Gio Shermadini y David Krämer brillaron con luz propia, aportando 26 de valoración cada uno. La conexión entre Marcelinho y Shermadini resultó letal para la defensa azulgrana, con el pívot georgiano aprovechando cada resquicio que le brindaba su compañero. Un triunfo coral.
A pesar de su excelente temporada, sigue sorprendiendo a propios y extraños. Su victoria en el Palau no es fruto del azar, sino el resultado de un trabajo constante y una filosofía de juego bien definida. El equipo isleño se mantiene firme en la zona noble de la clasificación, consolidándose como una de las revelaciones de la temporada.
Un Barça en horas bajas
El conjunto azulgrana, por su parte, sigue sin encontrar la regularidad necesaria para pelear por los puestos de cabeza. A pesar de contar con una plantilla de primer nivel, los de Joan Peñarroya no logran plasmar su potencial sobre la cancha. La derrota ante el Tenerife es un nuevo golpe para un equipo que necesita reaccionar cuanto antes si quiere recuperar el rumbo y mantener sus aspiraciones en una liga cada vez más competitiva.
