Personalmente, nunca creí que Mattia Destro pudiera convertirse en el nuevo Inzaghi. Sin embargo, el agujero negro en el que se ha introducido no le permite ni siquiera mostrar su, pese a todo, gran potencial.
A nivel juvenil siempre demostró ser un gran goleador, siendo máximo goleador del Campeonato Primavera 2009 (18 goles) y de la fase clasificatoria del Europeo Sub19 del año siguienteo (nueve goles en seis partidos). Sin embargo, nunca dio la impresión de poder ascender al olimpo de los bomber italianos con leyendas como Pioli, Riva o Vieri. No obstante su carrera habría debido ser de un nivel medio-alto, teniendo en cuenta su talento.
En realidad, las cosas no empezaron mal para Destro como profesional: tras un primer año de rodaje en el Genoa (tres goles) llegó a Siena, donde a las órdenes de Sannino realizó 12 goles en Serie A y uno en Coppa Italia en 32 partidos. Un botín interesante para chaval de 21 años; tanto que la Roma se hizo con sus servicios.
En la capital, su rol de protagonista fue un espejismo, pero pese a todo, su aportación goleadora fue notable. Entrando normalmente desde el banquillo, anotó 29 goles en dos años y medio. En su segunda temporada, de hecho, realizó 13 goles en 20 partidos de Serie A, con una óptima media de un gol cada 80 minutos.
Sin embargo, Destro siempre pareció un futbolista bastante frágil desde el punto de vista emocional. Ya en la Sub21, el hecho de no sentirse centro del proyecto, con Gabbiadini e Immobile con más presencia, hizo emerger un poco estas limitaciones.
Luego, tras su gran temporada 2013/14, probablemente se esperaba más confianza, que la Roma no le dio. En enero fue cedido al Milan, inmerso en una situación técnico-táctica que no permitió destacar a Destro.
Allí se interrumpió su carrera hacia la élite del fútbol italiano, comenzando a vislumbrarse su involución: así, en junio pasó al Bologna, un claro paso atrás en su carrera. En la selección de Italia debutó en 2012, en un amistoso contra Inglaterra cuando aun jugaba en el Siena. Sin embargo, su último partido lo jugó en 2013, hace más de tres años.
En medio, dos temporadas más la actual con la camiseta del Bologna: ocho goles el primer año, 11 el segundo y ninguno en 413 minutos de juego en la presente temporada. Una involución clara para un talento de solo 26 años, que no obstante tiene todavía tiempo para reencontrarse y volver a ser ese delantero de 15-20 goles que todos se esperaban de un punta de sus características finalizadoras.
¿El 4-2-3-1 del Bologna no le ayudaba? La lesión de Di Francesco, talentoso extremo que apuntaba a dar el salto de calidad esta temporada, podría llevar a un cambio de sistema, con Donadoni que parece que quiere pivotar hacia el 4-3-1-2 con Verdi por detrás de dos delanteros: Palacio y uno entre Destro y Petkovic. Esta modificación podría invertir la tendencia descendente de la carrera de Destro.
De hecho, como recordó Sannino en una entrevista en el Corriere dello Sport, la primera gran temporada profesional de Destro fue en una delantera de dos jugadores:
“Calaiò fue importante para Destro porque, en ese contexto ofensivo, obligaba siempre a un jugador a vigilarle, liberando de este modo a Mattia, que era letal si no se le presionaba en el área. Tras esa temporada ha jugado casi siempre en ataques de tres, encontrándose solo en punta en muchos casos y con mucha vigilancia. Leo ahora que podría jugar con Palacio, una oportunidad para relanzar su carrera: el argentino es un jugador muy técnico y que realiza grandes movimientos, como ocurría con los extremos de la Roma. Para un delantero como Destro, es el compañero ideal”.
De este modo, la experiencia y la calidad del ‘Trenza’ podría contribuir a desbloquear a Destro.
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