Giovanni Simeone está viviendo la temporada de su carrera. Un futbolista, recordemos, cedido por el Cagliari en el Verona —dos claros modestos—, que tuvo que salir de River Plate para poder tener un impacto en el fútbol argentino, que ha ido granjeándose una trayectoria respetable a base de golpes de riñón y cambios de equipo repetidos cada dos años y que, pese a haberse convertido en el único extranjero de la Serie A junto a Hernán Crespo —palabras mayores— en registrar dobles cifras goleadoras con cuatro clubes distintos, no es menos cierto que esos mismos clubes han acabado deshaciéndose de él sin generarse demasiados traumas.
Y, sin embargo, Gio Simeone ha seguido avanzando, tomando cada nuevo destino como una nueva oportunidad, porque a veces esa es la única y por tanto también la mejor manera de acercarse al éxito: avanzar, continuar hacia delante. Un éxito que está llegando de repente en Verona durante la presente campaña, en la que el delantero argentino está rayando a un nivel altísimo, con actuaciones directamente exorbitantes, y peleando con dos supergoleadores —algo que él nunca ha sido— como Immobile y Vlahovic por ser el capocannoniere del Calcio.
Lancemos ya el dato: Giovanni Simeone es ahora mismo y con diferencia el delantero más eficaz de las cinco grandes ligas europeas. Y sería el máximo goleador de la Serie A si no contásemos los lanzamientos desde el punto de penalti. El argentino ha marcado 11 dianas con tan solo 4.3xG (expected goals), un dato de locos. Es decir, ha marcado casi 7 goles más de lo estadísticamente esperable, por lo que su grado de definición está siendo escandaloso. Ese diferencial positivo (+6.7) entre goles marcados y esperados es, de largo, el mejor de toda Europa (el siguiente es Juanmi, del Betis, con un +4.3 entre los goles marcados y los xG).
Si profundizamos un poco más en las estadísticas del ‘Cholito’ nos encontramos con que está en un 60% de disparos entre los tres palos del total de remates ejecutados, cuando la media de su carrera no alcanza el 40%. Además, está marcado el 39% de sus tiros totales y el 65% de los que consigue enfocar entre los tres palos. Dos de cada cinco veces que chuta es gol, dos de cada tres veces que remata a puerta es gol. Por poner en contexto, Vlahovic e Immobile, los máximos goleadores de la Serie A, están promediando un 38% y un 44% de remates a puerta del total de sus tiros, un 17% y un 21% de porcentaje de conversión en gol de sus remates totales y un 44% y un 45%, respectivamente, tomando en cuenta solo los que van entre palos.
Gio Simeone se encuentra en trance, hechizado, atravesando uno de esos estados de gracia por los que de vez en cuando pasan los delanteros centro. No solo está capitalizando a la perfección el balance ofensivo del Verona, sino que está marcando tantos verdaderamente asombrosos, sobresalientes en dificultad y creatividad, como el doblete que le endosó al Venezia para culminar la remontada de un 3-0 en contra con dos remates de hemeroteca, dos piezas de museo para cualquier nueve del mundo; o como el segundo tanto del póker que le hizo a la Lazio de Sarri, con una excelsa ejecución con el empeine interior desde la frontal.
Siempre ha sido una referencia útil y un buen rematador, aunque mucho más de volumen e insistencia que de finura, precisión y calidad, pero es que ahora mismo está siendo un depredador infalible, cuando si algo caracterizaba a Simeone hasta ahora en su paso por la Serie A era precisamente una irregularidad notoria de cara a puerta desde la pura definición. De hecho,sumando sus cinco cursos previos en el Calcio, su balance entre goles marcados y expected goals es negativo, con puntos bastante bajos como el -4.7 en su último curso en Florencia (10.7xG para solo 6 goles marcados) o el -2.1 de la pasada campaña en Cagliari.
No cabe duda de que el estilo de juego implantado por Ivan Tudor le ha beneficiado. El técnico croata está sacando un jugo impensable a su plantilla. Recogiendo la presión al hombre a todo campo de su tocayo y compatriota Juric y proponiendo un juego también físico, de una gran letalidad atacando espacios amplios. Su idea, que enfatiza el talento individual para incidir a través de los carriles intermedios con jugadores como Caprari y Barak y con Lazovic y Faraoni abiertos y apareciendo por fuera por sorpresa, genera muchos espacios en el tercio final. Un caramelo para cualquier nueve y más para uno al que siempre le ha gustado correr en vertical, conducir, llegar en carrera al remate o picar al espacio como Gio Simeone. Un encaje muy positivo que también tiene su eco en el apartado defensivo, justo en el que el argentino más ha destacado en toda su carrera, ya que la presión en campo rival y el trabajo para el equipo por parte del nueve son aspectos muy relevantes para este Verona de transiciones.
Además, con Tudor el conjunto scaligero ha ganado mucha consistencia interior a través de la posesión para armar ataques algo más pausados de lo que era habitual con Juric, aumentando en volumen y calidad su producción ofensiva. El hecho de que la estructura táctica conecte con Barak o sobre todo con Caprari (“Nunca me entendí tan rápido con un compañero”, ha declarado Simeone) tan asiduamente entre líneas, los verdaderos playmakers ofensivos del equipo y que tanto lo alimentan con balones filtrados y buenos espacios tras sus recepciones interiores, ahorra muchas energías al ‘Cholito’, que puede concentrarse en el movimiento de cara a portería previo al remate, en lugar de en la disputa de espaldas al arco con la que acercar a su equipo a la portería rival de una manera menos pulida y menos eficaz.
El estado de forma actual del ‘Cholito’, que ha confesado que la meditación le permite conocerse mejor dentro y fuera del campo, es como el de un tirador en baloncesto cuando tiene la mano caliente: está decidiendo el partido, los designios del Verona en la temporada en su caso, a base de enchufarla desde la línea de tres puntos. Su talento no ha tocado jamás estas cotas de brillantez, por lo que el desenlace más probable es que su nivel termine por moderarse. Un nivel que, de todas formas, le conducirá a la mejor temporada de su carrera y a través de ella, a sus 26 años, a la posibilidad de elevar su estatus en Italia y en Europa.
Pero quién sabe, puede que Verona suponga realmente para el ‘Cholito’ un punto y aparte en su trayectoria, una lanzadera hacia un salto de nivel definitivo que nadie esperaba. Ni en Génova, ni en Florencia, ni en Cagliari, de donde le dejaron salir sin arrepentirse. Tampoco en la propia Verona, donde apostaron por su cesión para elevar la productividad, aunque jamás pensaron que esa decisión alcanzaría este punto exagerado de idoneidad. Tal vez ni siquiera él mismo lo esperaba. O tal vez sí y eso sea precisamente lo que explique la increíble temporada que está haciendo Giovanni Simeone en esta Serie A. La confianza como palanca de un cambio de paradigma en su carrera, la confianza para llegar allí donde nunca antes apuntó a hacerlo.
Imagen de cabecera: @simeonegiovanni
Sevilla. Periodista | #FVCG | Calcio en @SpheraSports | @ug_football | De portero melenudo, defensa leñero, trequartista de clase y delantero canchero
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