Quizás recordéis al Eintracht Braunschweig, un equipo que militó en la Bundesliga en la temporada 2013-2014 y acabó siendo colista. Aunque ese año pasó sin pena ni gloria por la liga alemana, la importancia de este equipo es vital no solo en la historia del fútbol alemán, sino también en la historia del fútbol en general ya que fue el primer equipo en lucir publicidad.
En el año 1971 el club se vio envuelto en un caso de amaños que lo dejo en una grave situación económica. La salvación llegaría a lomos de un famoso ciervo, y es que el licor Jägermaister, ese que nos alegra o empeora las noches según se tercie, llegó con una oferta estratosférica para la época, 100.000 marcos por poner su icónico logo en la camiseta del equipo de la Baja Sajonia.
El presidente del club en aquel momento, Ernst Fricke se encontró con varias trabas antes de hacerlo. La Federación Alemana estaba en total desacuerdo ante esta práctica y los aficionados iban a los partidos con pancartas y protestaban contra lo que consideraban una profanación de sus colores. La decisión final estuvo en manos de los socios que votaron a favor por una amplía mayoría. La inyección económica de Jäger fue tan importante que el Entraicht pudo hacerse con una gran estrella, el mítico Paul Breitner que entre Real Madrid y Bayern vistió la legendaria camiseta amarilla con el logo del ciervo más famoso del mundo. Aunque la Federación no lo permitió Jäger intentó que el equipo se llamara Entraich Jägermaister, algo que habría sido realmente curioso.
En España sería el Racing de Santander el pionero en llevar publicidad. Sería Teka curiosamente en el Bernabeu, y es que Teka sería más tarde uno de los patrocinadores más recordados del club blanco. Poco a poco la publicidad se fue haciendo una pieza clave dentro del fútbol y hoy en día es difícil no ver algún equipo con un patrocinador en su camiseta, incluso algunos tan tradicionales como el Athletic han sucumbido a ello. Quizás los más puristas puedan decir que la publicidad mancha la camiseta, pero no se puede negar que aquella bonita camiseta de amarilla con el logo de Jäger es hoy en día un objeto de culto y parte vital de la historia del fútbol.
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