El británico Anthony Joshua dio una muestra de carácter y jerarquía al vencer hoy al ucraniano Vladimir Klitschko por nocaut técnico en el undécimo asalto y retener así su corona de los pesos pesados, en un vibrante y cambiante combate desarrollado en el mítico estadio de Wembley ante 90.000 espectadores.
Joshua, que había dominado en los primeros asaltos pero había caído a la lona en el sexto capítulo, logró la victoria después de derribar a su rival dos veces en la undécima vuelta, cuando el árbitro frenó el combate por el mal estado en el que se encontraba el ucraniano.
Gracias a su victoria, el británico, campeón mundial de la FIB (Federación Internacional de Boxeo), sumó el cinturón de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo), así como el menos significativo de la OIB (Organización Internacional de Boxeo).
Además, extendió su récord a 19 combates invicto, todos ganados antes del límite. Y demostró que tiene el carisma suficiente para revitalizar una categoría que viene muy golpeada en los últimos años, en especial por la situación de Tyson Fury, el anterior campeón que debió dejar su cetro por sus problemas con las drogas.
«¿Fury? ¿Dónde está Fury?», gritó el campeón ante un enfervorizado estadio de Wembley apenas consumada la victoria. «No soy perfecto, pero lo estuve intentando», sintetizó Joshua.
En cambio, Klitschko sumó la quinta derrota de su carrera, con 63 victorias. Además, dejó pasar la oportunidad de sumarse a Muhammad Ali, Lennox Lewis, Evander Holyfield y su hermano Vitali en ser los únicos boxeadores capaces de ganar en tres ocasiones el título mundial de los pesados.
Ahora, su futuro a los 41 años es una incógnita. «Denme unos días o unas semanas de tiempo«, respondió el ucraniano a la cadena RTL cuando lo consultaron sobre su carrera.
En los primeros asaltos, Joshua llevó la iniciativa y comenzó a tomar ventajas en las tarjetas. Incluso, en el quinto asalto mandó a la lona a su rival, en una acción que pareció ser un despertador para Klitschko.
Es que a partir de esa caída, el ucraniano se volcó al ataque y se llevó por delante a Joshua en el final de ese asalto, que terminó con el británico pidiendo aire. En el siguiente round se vio lo mejor de Klitschko: el ucraniano derrumbó al campeón defensor con un gancho de derecha a la mandíbula y estuvo a punto de lograr el nocaut.
Desbordado como nunca había estado en su carrera, el inglés buscó aferrarse a su rival e incluso comenzó a hablarle. Pero el panorama del combate ya era distinto, pues Klitschko parecía tener el dominio psicológico de la pelea.
Claro que faltaba un golpe de efecto. Alentado por las 90.000 personas que colmaron el estadio de Wembley, el pugilista local recuperó la forma y se fue en busca de la victoria en el undécimo asalto.
Por más que los especialistas auguraban que un combate largo favorecería las posibilidades de Klitschko por la inexperiencia de su rival, Joshua mostró su mejor versión en el cierre. Con un uppercut de derecha a la mandíbula conmovió al ucraniano, que no pudo evadirse del mal momento y se fue a la lona ante la siguiente andanada del retador. Por más que Klitschko se levantó, la potencia de Joshua lo volvió a derribar con otro poderoso gancho de izquierda, hasta que el árbitro frenó el combate y decretó la victoria del inglés.
A sus 41 años, y 17 meses después de su inesperada caída ante Fury, Klitschko intentaba recuperar sus cinturones, pero no pudo hacerlo. «Esta noche ganó el mejor. Todos mis respetos para Anthony», dijo Klitschko
El británico, 14 años más joven y campeón olímpico en Londres 2012, devolvió gentilezas. «Klitschko es un ejemplo para todos los boxeadores», indicó Joshua, que es considerado como el púgil con más futuro en los pesos pesados y hoy lo demostró ante su público con carácter y jerarquía.
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