Un año es mucho tiempo en fútbol, y de eso puede hablar bien Isco, quien en tan breve margen de tiempo pasó de ser un futbolista con necesidad de acumular méritos a convertirse en líder del Real Madrid y la selección española.
Fue justo hace un año cuando el galés Gareth Bale sufrió una grave lesión de tobillo que inicialmente lo dejó cuatro meses fuera, que luego serían más al enganchar varios problemas musculares. Fue entonces cuando Isco apareció en escena.
Hasta esos momentos, parecía ser más querido por los hinchas blancos que por sus entrenadores. Su papel en el Real Madrid había sido importante, pero no fundamental. Era más un jugador de instantes que un futbolista consolidado en la titularidad.
La lesión de Bale propició un vuelco. Zidane abandonó la idea de jugar con tres puntas y decidió pasar a un esquema con cuatro centrocampistas, con Isco integrado en esa línea. Su protagonismo fue creciente hasta el punto de convertirse en un futbolista crucial en los éxitos blancos de la pasada temporada, culminada con las conquistas de la Liga de Campeones y la Liga española.
Isco sigue montado en la ola buena. En tiempos en los que el Real Madrid atraviesa un momento incierto, uno de los pocos futbolistas fuera de discusión es el habilidoso centrocampista malagueño. A sus innegables cualidades técnicas añadió dos cosas fundamentales: el esfuerzo y el entendimiento del juego. Es un futbolista cada vez más concreto, más dañino para el contrario.
Naturalmente, sus virtudes las aprovechó el equipo nacional. Incluso en tiempos en los que no era titular indiscutible en el Real Madrid, el seleccionador español, Julen Lopetegui, lo incluyó en las listas de convocados y hasta le otorgó un papel relevante durante los encuentros. Lo conocía de las categorías inferiores de la selección y le tenía una enorme fe.
Isco también respondió en la selección y se coronó el pasado 2 de septiembre en el Santiago Bernabéu con una de esas actuaciones que definen una carrera. Hizo dos extraordinarios goles en el 3-0 ante Italia y prácticamente salió a hombros del estadio después de su exhibición.
Ahora, con la selección española en busca del reencuentro con su vieja identidad y con Andrés Iniesta necesitado de ayuda, Isco está llamado a ser uno de sus grandes líderes del equipo que viajará al Mundial de Rusia 2018 con ansias de gloria.
«Jugar un Mundial tiene que ser lo más bonito para uno. Estamos haciendo un equipito bastante apañado. La clave está en la mezcla de gente joven que viene con ganas y jugadores veteranos para dar experiencia«, declaró el futbolista andaluz en una entrevista emitida hoy por el canal #0, pocos días antes de que España se mida a Costa Rica y Rusia en sendos amistosos.
Isco, que aún no disputó ningún gran torneo con España, reconoció que la continuidad favoreció la mejora de sus condiciones tanto en el Real Madrid como en la selección española: «Me siento importante dentro del equipo, metiendo goles y dando asistencias. La confianza hace que intentes cosas que antes a lo mejor no intentabas«.
Ahora la hinchada española suspira por que Isco mantenga su actual nivel cuando llegue la cita de Rusia. Por sus botas pasa buena parte de las opciones de reconquista del equipo español.
De alguna manera, también es un continuador de la estirpe de centrocampistas bajitos y talentosos como fueron Xavi Hernández y todavía es el propio Iniesta. Un garante del estilo.
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