Primer Clásico del año. Para no hacernos esperar, esta vez llega muy temprano, ni dos semanas han pasado de enero y ya podemos disfrutar de uno de estos partidazos. Una vez más, y sin haber hecho un análisis general de la situación de Real Madrid y Barcelona, me gustaría recordar que en un Clásico no hay favoritos. Pero lo que sí hay son equipos en mejor y en peor forma.
El partido de hoy no solo es un Clásico, es un pase a la primera final del año y, por tanto, aspirar al primer título de la temporada. Además, también es el primer Barça-Madrid con Xavi Hernández como entrenador culé, lo que le da más morbo todavía al asunto.
El Real Madrid llega a Riad (Arabia Saudí) con la sexta marcha. En liga son primeros (+5 sobre el 2º) y han logrado la clasificación a octavos de Champions League. Courtois es un muro andante; en la defensa, Alaba cayó de pie y Militao parece estar demostrando por qué se pagó tanto por él; en el medio campo, los de siempre, qué decir de ellos; y en ataque, Benzemá y Vinicius están inspirados y meten cinco de cada cuatro. Esta es la realidad: el Madrid llega en un momento de forma muy bueno.
En frente, un FCBarcelona que parece estar levantando cabeza después de un par de años para olvidar, situación más que conocida. En lo reciente, el Barça estaba siendo azotado por las lesiones y por un brote de Covid en la plantilla. Para contextualizar mejor, se han llegado a registrar hasta 18 bajas en algún partido de liga, una barbaridad. Por suerte, el número de jugadores disponibles ha aumentado notablemente en las últimas horas, principalmente gracias a las altas médicas de Frenkie de Jong, Ronald Araújo, Ansu Fati, Pedri y Ferrán Torres. Este último, además de superar el Covid y la lesión con la que llegó del Manchester City, pudo ser inscrito gracias a la salida de Coutinho y a la renovación a la baja de Umtiti. A estos cinco debemos sumarle los negativos en PCR de Dest, Abde y Gavi ya anunciados hace unos días. Con esto Xavi suma efectivos, muchos de ellos piezas clave de un once titular ideal.
Quedan horas para que comience un nuevo Clásico y las ganas de que llegue son las mismas de siempre. Dos equipos con la misma meta pero con diferentes maneras de llegar: el Real Madrid busca seguir aplastando a su eterno rival como viene haciendo en los últimos enfrentamientos, mientras que ganar este partido para el Barcelona supondría un chute de moral importante, además de un indicativo de que, aunque todavía quede mucho, la luz al final del túnel no está tan lejos. Y ya no hablemos de si logran ganar el título… Aun así, para levantar el trofeo hay que ganar también una final contra Athletic de Bilbao o Atlético de Madrid, dos equipos que también saben de qué va esto del fútbol. Veremos qué ocurre. Suerte a todos.