Hasta siempre, león incansable

Tras el encuentro ante el FC Barcelona, San Mamés se puso en pie para despedir a uno de sus grandes referentes. Óscar de Marcos, tras 16 temporadas defendiendo la camiseta del Athletic Club, recibió el homenaje de una afición que lo ha visto crecer, sufrir y brillar con la misma entrega desde el primer día. En un gesto cargado de simbolismo, el jugador de Laguardia entregó el brazalete de capitán a su sucesor, Iñaki Williams, cerrando así un ciclo de liderazgo silencioso, pero profundamente inspirador.

De Marcos no solo ha sido un futbolista ejemplar, sino la encarnación viva de los valores que definen al Athletic: humildad, compromiso, esfuerzo y sentido de pertenencia. Nunca buscó protagonismo, pero se convirtió en indispensable. Lo dio todo y más por los colores, desde partidos legendarios hasta minutos heroicos jugando lesionado. Se va sin hacer ruido, como siempre vivió el fútbol, pero dejando una huella imborrable en la historia del club y en el corazón de su gente.