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Atlético

No es oro todo lo que reluce

De padres a hijos. De Diego Pablo a Giuliano. De entrenador a jugador. El hijo del Cholo fue el gran protagonista del primer acto de los cuartos de final de la Copa del Rey. El Atleti se impuso con contundencia y agresividad a los de Bordalás, convirtiéndose en el primer semifinalista del torneo del KO. A Giuliano le bastaron 17 minutos para liderar la victoria con un doblete que le dejo de cara el partido a los rojiblancos.

En abril de 2022 el jugador argentino debutó con el primer equipo del Atleti y se sumó a la extensa lista de canteranos a los que el Cholo les ha dado la oportunidad de mostrar su valía. Con una evidente y gran diferencia. Muchos creyeron que era el apellido el que había traído a Giuliano hasta allí. El niño de papá, el trato de favor.

No es oro todo lo que reluce. Que Giuliano y Simeone convivan en el Atleti puede haber sido más complejo de lo que pueda parecer. Para empezar, esa relación exige un plus de profesionalidad; la de saber separar el vínculo familiar. Olvidar que el que está entrenando bajo tus órdenes es tu hijo y mirarle únicamente como jugador; aun sabiendo que pondrán en duda tus decisiones y que las preguntas no se harán esperar.

El Cholo ha tragado las frustraciones de su hijo, le ha exigido y le ha dado una oportunidad en el momento preciso para que la aproveche con una entrega que es sello e identidad de ambos. Giuliano conoce el peso de su apellido. Llamarse Simeone no es cualquier cosa, el foco ya está encima de ti antes de que puedas dar un paso al frente.

No se dejó deslumbrar por las luces del Metropolitano cuando el Atleti perdía ante el Leganés el pasado mes de octubre. Ese día escribió un punto de inflexión en su carrera deportiva. Respondió a la llamada de su entrenador y se hizo valedor de pisar el tapete siendo totalmente clave para que el conjunto colchonero firmara la remontada. La historia ya saben todos cómo sigue.

No habrá sido fácil que a Diego Pablo Simeone le doliera alguna vez el corazón. En vez de tapar su herida con una tirita le echaba alcohol como si no escociera, sin quejarse lo más mínimo. Del mismo modo, es innegable la satisfacción que debe sentir de ver cómo su hijo se ha ganado la cosecha de lo sembrado y que la redonda le esté sonriendo. Así somos los padres. La felicidad de nuestros hijos es la nuestra.

En un fino alambre ninguno de los dos ha sentido el vértigo. De tal palo, tal astilla. Sangre rojiblanca, animales competitivos que solo quieren ganar. Así lo declaró el técnico que acaba de cumplir la cifra de 500 partidos en Liga. “Yo quiero ganar y si se llama Simeone o se llama Pérez me da exactamente igual”.  El Cholo ya es eterno. Su hijo está escribiendo el presente del Atleti y va a seguir trabajando duro para seguir redactando su futuro.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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