La cantera de Atalanta es sin duda una de las más prolíficas de Italia. Esta temporada, 24 futbolistas de Serie A han crecido en el vivaio del club bergamasco, entre los que se encuentran los internacionales Montolivo, Bonaventura, Pazzini o Simone Zaza, además de Padoin, Consigli o Rolando Bianchi. Aunque de la penúltima generación, la joya de la corona es Manolo Gabbiadini.
La genética es importante. Solo hace falta fijarse en su hermana mayor, Melania, que ha ganado cuatro Scudetti de fútbol femenino y ha sido nombrada mejor jugadora de Italia los últimos tres años. Pero no solo de talento natural se hace carrera, sino también con trabajo y realizando los pasos adecuados. Y en el campeonato italiano, estos pasan inevitablemente por progresivas cesiones y copropiedades.
Tras debutar en la élite con Atalanta con 18 años en marzo de 2010, fue enviado en copropiedad al Cittadella, un clásico de los últimos años en Serie B. Allí formó una productiva sociedad atacante con Federico Piovaccari, actualmente jugador del Eibar, y que esa temporada terminó como capocannoniere del campeonato. Su buen año, adornado con cinco goles, le valieron el retorno a Bérgamo, anotando su primer gol en Serie A.
Habitual en la U21, debutó con la selección azzurra absoluta en el verano de 2012, en un amistoso contra Inglaterra para el que Prandelli convocó a numerosos jóvenes. Una semana después, la Juventus compraba la mitad de su pase por 5,5 millones de euros e inmediatamente lo cedió al Bologna, donde se consagró en Serie A con seis goles.
Pero ha sido en la Sampdoria donde ha explotado definitivamente. La Juventus compró la otra mitad de su pase a Atalanta y la vendió al club blucerchiato en el verano de 2013 por otros 5,5 millones, mientras Simone Zaza realizaba el camino contrario. En Génova, anotó ocho goles en su primera temporada y en la presente, en solo trece partidos realizó otros siete goles, convirtiéndose en uno de los artífices de la revelación de la Samp de Mihajlovic.
Su mejor cualidad es su prodigiosa pierna zurda. Un pie capaz de controlar un melón caído del cielo, de regatear en una baldosa o en velocidad y de disparar con precisión milimétrica. La derecha la usa solo para apoyarse, pero tampoco parece necesitarla nunca. De hecho, prefiere usar cualquier filigrana con el exterior antes de intentar usar su piena diestra.
Verle correr sobre el campo resulta bastante curioso, puesto que su estilizada figura, de frágil aspecto, y su apariencia desaliñada llaman enseguida la atención. Su conducción de balón, aprovechándose de su enorme zancada y su rapidez en los primeros metros le permiten deshacerse de los defensas con suma facilidad en cuanto le dejan un metro de espacio. Y su tiro, con un efecto muy característico de arriba abajo, resulta letal desde fuera del área y también a balón parado, convirtiéndole en un habilísimo lanzador de faltas.
Tras una larga negociación, activa desde noviembre, el Napoli ha conseguido su fichaje en este mercado invernal. Un traspaso que ascenderá a unos 14 millones de euros y que genera plusvalías tanto para la Sampdoria como para la Juventus -equipo con el que ni siquiera se ha entrenado-, pero que resulta un tanto chocante a estas alturas.
Y es que supone la venta de una de las estrellas del equipo genovés a un rival directo esta temporada en la lucha por la clasificación europea. No por casualidad, Massimo Ferrero, dueño de la Sampdoria desde el pasado verano, ha estado desde joven muy relacionado con la familia De Laurentiis, todos productores de cine, que le ayudaron en sus inicios y con quienes ha trabajado.
Los refuerzos en banda eran una petición de Rafa Benítez para el Napoli, tras la lesión de Insigne, el mal estado de Mertens y el relativo bache que está sufriendo Callejón. Y quien le echará de menos es Mihajlovic, que ya ha solicitado insistentemente un sustituto a la altura para que el equipo no se resienta de su baja.
Porque perder a uno de los delanteros más prometedores de Italia no es poca cosa, y más a mitad de una temporada en la que la Sampdoria sueña con cotas importantes. El Napoli, que sigue en busca de su identidad y de encontrar una regularidad pese al reciente triunfo en la Supercoppa, tratará de aprovechar al máximo la perla que ahora tiene entre manos.
