Sin cartel de favorito y con la historia en contra, el Fluminense eliminó al Inter, subcampeón de Europa.
El partido arrancó con un golpe de realidad para los italianos: apenas a los dos minutos, Germán Cano apareció en el área para cabecear el primer gol y sembrar la duda en el Inter. El equipo de Cristian Chivu, obligado a remar contracorriente, monopolizó la posesión (64%) y acumuló hasta 17 remates, pero la madera y la falta de acierto fueron sus peores enemigos. Cada ataque nerazzurro chocaba contra la defensa brasileña y un Fluminense que supo sufrir y resistir.
Mientras el Inter colgaba balones y se desesperaba en el tramo final, los de Renato Gaúcho apostaron por buscar el contragolpe. Ya en el descuento, Hércules Pereira aprovechó un desajuste defensivo y, con un disparo cruzado, sentenció la eliminatoria y desató la locura en la hinchada carioca. El Fluminense, primer sudamericano en dejar fuera a un europeo en esta instancia, celebró una victoria que es mucho más que un pase de ronda: es la reivindicación de un fútbol que no se rinde ante la lógica ni el presupuesto.
El Inter, por su parte, se marcha del torneo con la sensación de haber hecho casi todo bien, menos lo más importante: marcar. El fútbol, una vez más, premió la fe y la eficacia. Fluminense y Al Hilal se disputarán una plaza en cuartos para seguir avanzando en la competición.