El fútbol son rachas. Y cuando se rompen, además de puntos, valen oxígeno. Andoni Iraola lo sabe bien. Su Bournemouth llevaba ocho partidos sin ganar entre todas las competiciones y seis sin hacerlo en Premier. Pero este lunes, en casa y ante un Fulham que venía de tumbar al líder, volvió a levantar la cabeza. Lo hizo con lo justo, con un gol a los 53 segundos y con mucho sufrimiento después. Pero lo hizo. Y eso es lo que cuenta.
Semenyo cazó un balón suelto tras un error de Robinson y definió con la zurda para poner el 1-0 antes de que muchos se sentaran en sus asientos. Fue el golpe que necesitaban los ‘Cherries’ para creer. A partir de ahí, el partido fue de resistencia. Evanilson rozó el segundo con un disparo al larguero, pero el protagonismo cambió de lado. Fulham se adueñó del balón y Kepa Arrizabalaga tuvo que vestirse de héroe.
El guardameta vizcaíno, criticado en otros momentos del curso, fue decisivo con hasta siete intervenciones que sostuvieron el resultado. Muniz y Sessegnon lo intentaron por tierra y aire, con tiros lejanos, remates y cabezazos peligrosos, pero se toparon siempre con un Kepa gigante.
También ayudó la seriedad defensiva de un Huijsen que celebró sus 20 años con una actuación madura, despejando balones y dando seguridad atrás. El Bournemouth se llevaba los tres puntos y alcanzaba otro récord. Los ‘Cherries’ han ganado tres partidos consecutivos en casa ante el Fulham en liga por primera vez, y no lo hacían desde la racha entre 1928 y 1931.
Iraola necesitaba una noche así. Su Bournemouth iguala ya los 48 puntos de la pasada temporada y se reengancha a la lucha por Europa. No será fácil —el calendario es de aúpa con Manchester United, Arsenal y Manchester City por delante— pero el equipo ha demostrado que sigue vivo. Y mientras eso pase, hay motivos para apostar por ello.