El 12 de diciembre de 2015 Harry Arter saltaba al terreno de juego del Vitality Stadium con una tristeza enorme. Su club, el Bournemouth, disputaba un importantísimo encuentro frente al Manchester United pero él había tenido una de las peores semanas de su vida. Rachel, su novia, había perdido a su hijo unos días atrás por lo que su presencia en el verde era altamente complicada. Pero cuando Howe le preguntó si quería estar en el once él lo tenía claro, debía jugar por su familia.
Aquella noche fue una de las mejores de la corta historia de los Cherries en la Premier League. Los de la costa sur consiguieron vencer a los Red Devils (2-1) y el centrocampista irlandés recibió todos los elogios posibles. No era para menos. Un año más tarde, Renee –su bebé fallecido- sigue en la memoria.
“Siempre mi familia lo recordará. Nunca lo podremos olvidar y, además, es algo que no querría hacerlo nunca”. Sus palabras confirman lo que ha sido durante toda su carrera: un luchador. Al inicio del trayecto, tuvo que ir cedido al Woking, un equipo que no estaba en el Football League (no eran profesionales). Sus buenas actuaciones en la Conference South le mandaron al League One –con su Bournemouth- donde ha vivido el ascenso de los de Howe hasta la élite en primera persona.
Al tener abuelos irlandeses, Arter puede jugar con la selección de la república donde ya ha demostrado que es importante para los planes de Martin O’Neill. En su club ha disputado todos los encuentros de la temporada siendo uno de los mejor valorados de la máxima competición inglesa.
A sus 26 años quiere seguir mejorando y todo gracias al apoyo de su familia. En unos meses llegará su segundo hijo, algo que le hace mirar hacia delante: “No cambia la pérdida que tuvimos pero esto nos ha ayudado”. Arter, mientras, sigue haciendo grandes encuentros en la élite. No hay nada que le pueda parar.