Quizás sea un sacrilegio lo que voy a decir, pero siempre mantengo que el mejor Futre que he visto fue el que, durante unos meses, jugó en el SL Benfica. Quizás mi amigo Ricardo Cataluna también lo mantenga. Seguramente, esa idea cause hilaridad en Miguel Pereira. Y a Afonso Figueiredo ni le preguntaré, por si acaso.
Esa es una de las grandezas de Futre: a diferencia de Eusébio o de Figo, en Portugal todos sienten que tienen parte del mito. Primero en el Sporting CP, después en el FC Porto y, por último, en el SL Benfica. De eso, él está especialmente orgulloso. Como ven, dejé a Cristiano fuera de esa comparación, porque para analizarlo debemos dejar pasar el tiempo.
Lo he entrevistado varias veces. Es de esas situaciones en las que hablas con tu yo adolescente y tienes que convencerlo de que han pasado. Alguna entrevista para Fútbol portugués desde España y una charla para Fútbol portugués. Historias, gestas y protagonistas (Nolé, J. M. 2021).
En la obra habla de su principal legado:
“Mi mayor aportación al fútbol portugués creo que es el hecho de abrir las puertas para que otros jugadores lusos triunfaran en el extranjero. Creo que fue cosa del destino y un privilegio tener esta gran carrera fuera. Pienso que influí en los jugadores que vinieron después de mí. Antes, casi todos los que salieron fracasaron, no por falta de calidad, sino por la nostalgia. De hecho, debido a esto, en algunos de mis fichajes tuve que hacer test psicológicos para probar si era fuerte mentalmente«.
Poco que decir, solamente que tiene razón.
Una de las primeras cosas que me dijo es que llamó a su padre para decirle que había fichado por el Benfica, y le dijo: “Has hecho, junto a mi madre, a un tío que ha jugado para los tres grandes”. Esto no es cualquier cosa. Menos aún, hacerlo y ser querido por las tres aficiones. Es realmente excepcional.
Generoso, locuaz, pero ojo, debes corroborar mucho; hay datos que no recuerda, eventos un poco confusos, pero es Futre. Todo lo suple su naturalidad.
La primera vez que lo llamé, me dijo: “Vale, hacemos la entrevista para el libro, pero ahora no puedo porque estoy trabajando en el fichaje de João Félix por el Atlético de Madrid”. Así me enteré de que ese era el destino del chico del Benfica del que me hablaban desde niño. Se lo conté a mi mujer y poco más. No iba a estropear la entrevista.
Me río de la polémica del Balón de Oro de Michael Owen o el de Rodri cuando pienso en Paulinho. La mayor injusticia del trofeo, y propiciada, en parte, por el voto del periodista portugués que hacía de jurado, hizo que no fuera él el Balón de Oro de 1987. Solamente esa final justificaba estar en la lista de ganadores.
Campeón de la Copa de Europa con el FC Porto, durante cinco años lideró al Atlético de Madrid de Jesús Gil. Ganó dos Copas del Rey, una de ellas ante su enemigo Paco Buyo, comparando la alegría a la victoria en la Copa de Europa, (tal cual me lo dijo). También ganó el campeonato italiano, pero supone poco botín para un jugador que era lo más parecido a Messi (otro sacrilegio) que me he imaginado o con el que he fantaseado.
Dejó el Atlético en 1993 y jugó su último partido en la final de la Taça de Portugal de ese año ante el Boavista, aún un equipo muy grande por entonces. 5-2, con dos goles, una asistencia y un penalti provocado. Aunque no lo sabíamos, ese día nos despedimos de Futre para siempre, a pesar de que jugó cinco años más.
Tenía 27 años y las lesiones dejaron su paso por Francia, Inglaterra e Italia en unos 50 partidos oficiales. Incluso regresó al Atlético. Piensen en lo que quedaba y qué hubiera sido de él en plenitud en la Premier o en aquel AC Milán con Baggio o Weah. Ese es un gran what if… Pero no me detengo en momentos tristes, por eso no hablo de Saltillo. Pero busquen su libro El Portugués, que merece la pena, puro Futre.
José María Nolé
Fútbol portugués desde España
Nolé, J. M. (2024). El extraño orden del fútbol portugués.: Canteras de Portugal. Librofútbol.