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Tokyo 2020

El todo irá "muito bem" se instala en Río de Janeiro

Una fe casi unánime de que todo irá «muito bem» y un cierto desencanto porque el movimiento en el comercio es menor al esperado. Río de Janeiro aguarda con tibio entusiasmo los primeros Juegos Olímpicos que se celebran en Sudamérica.

«Creo que va a estar todo bien, porque hay mucho patrullaje en las calles y las estructuras esas que hicieron (las instalaciones olímpicas) están muy lindas… me está gustando todo esto de las Olimpíadas», dice Dirce, de 76 años.

La idea de que todo marchará «muito bem» está absolutamente arraigada en el imaginario de quienes habitan la «ciudad maravillosa». «Creo que todo va a ser maravilloso. ¿En el Mundial no fue todo bien? Entonces por qué los Juegos no irían bien?», se pregunta Francisca, de 70 años, nacida en el noreste del país pero que vive en Río hace más de tres décadas. «Creo todo va a ir bien. Y Brasil va a ganar el oro en fútbol masculino», el único título que le falta a la selección anfitriona, afirma Marcio, de 39 años, dueño de un bar en la avenida Nossa Senhora de Copacabana, que corre paralela al mar y a un cuadra de la rambla.

 

 

La confianza en el éxito del evento deportivo está acompañada, en el caso de Marcio, por una desilusión por el poco movimiento que se registra en su bar, localizado detrás del famoso Copacabana Palace. «Yo pensé que iba a ser mucho mejor que en el Mundial. Las personas no desistieron de venir, Río está llena, solo que no están gastando. Yo imaginé que a esta altura (el bar) estaría explotando de gente, pero no hay nadie», lamenta.Idéntica situación vive Cassio, de 34 años, que tiene un bar de los muchos que se ubican a lo largo de la playa de Copacabana: «Tengo la esperanza de que mejore un poco el movimiento para vender un poco más, pero no tengo la misma expectativa que tenía antes del Mundial de 2014. La mayoría de las personas que están acá vinieron a ver los Juegos y nada más. En el Mundial había muchos extranjeros y todos gastaban mucho», se queja.

El bar de Cassio se ve absolutamente vacío cerca del mediodía del domingo, pese a que se ubica junto a la escultura de los anillos de los Juegos Olímpicos, una obra que hace furor en la famosa playa carioca, realizada con materiales reciclables por la artista plástica Elisa Brasil. En su opinión, el único «riesgo» durante los Juegos es que «algo falle en el tema seguridad».

 

 

«Pero no que haya un atentado terrorista. El problema aquí es el de la criminalidad, que para nosotros es incluso peor que el terrorismo. El terrorismo es algo que asusta un poco, pero lo que nosotros vivimos día a día es un poco más peligroso: arrebatos, robos, asaltos, balas perdidas, muchas muertes. Todo eso preocupa mucho».

El desencanto de los comerciantes es mínimo, no obstante, frente al optimismo de la población. «Brasil es un pueblo muy sufrido que merece que todo vaya bien. Creo que va a salir todo bien», dice Romero, de 63 años, quien sin embargo se pregunta con recelo: «¿Cuál será el famoso legado»«En mi opinión va a ser una deuda complicada para pagar», afirma, para enseguida acotar: «Pero sé que todo va a estar bien: la ‘barra de los contra’ se va a quedar en su casa, los delincuentes van a tomarse un descanso, va a estar todo bien. Los cariocas estamos acostumbrados a grandes fiestas».

Haciendo música mientras las personas aguardan su turno para hacerse autorretratos con la escultura de los anillos olímpicos, el artista callejero Fabinho Caxotada, de 41 años, también confía en el éxito de la cita deportiva. «Estoy seguro que el movimiento va a ser muy bueno. Ya está todo lleno de gente. Estará todo muy bien», asegura.

 

 

Río 2016 también atrae brasileños de lejos. Como el indígena de la aldea Funio, localizada en el estado de Pernambuco, quien vino junto a su hermano a «vender nuestras artesanías, ayudar a nuestras familias y mostrar un poco sobre nuestra cultura».

Además del dinero que podrá obtener con las ventas, el miembro de la tribu Funio, quien no quiso revelar su nombre, insiste en la importancia mostrar que su pueblo es «fuerte», lo suficiente para mantener su dialecto y sus costumbres. Para que todo corra bien, dijo que  rezó al dios de su aldea, Ejadua: «Ya hice mis oraciones para que estas Olímpíadas marchen bien y que esté todo bien para nosotros los brasileños, y para todos los que vienen de afuera», afirma.

DEP

Sevilla. 1984. Creador de #HoradeBundesliga. Redactor y coordinador de fútbol alemán en SpheraSports. Empiezo a ser útil cada semana en los estadios de Sevilla, Betis y Córdoba. Enamorado del fútbol, amante de la Bundesliga. Es duro fracasar en algo, pero aún más duro es no haberlo intentado.

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