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Fútbol Español

El submarino emerge de nuevo

Más allá del manido empate cosechado el domingo en el Santiago Bernabéu, hace tiempo que el Villarreal ha vuelto. Lo hizo la temporada pasada y este curso no ha hecho más que confirmar las buenas sensaciones que transmite un proyecto, el de Marcelino García Toral, que comenzó en Segunda División, fraguándose en campos como El Alcoraz o el Anxo Carro.

Cuando el conjunto castellonense se precipitó al vacío, para sorpresa de todos, el 13 de mayo de 2011, no faltaron los llantos ni dentro ni fuera del club, pero tampoco el sentido común y las ganas de trabajar para revertir el desastre. Fernando Roig, uno de los mejores dirigentes deportivos de nuestro país, apostó por confeccionar un equipo de garantías para lograr cuanto antes el retorno a la élite, algo que finalmente no consiguió con su apuesta inicial, Julio Velázquez, pero sí con Marcelino, a quien rescató tras su dura experiencia en Sevilla.

El irregular equipo de Velázquez se hizo más sólido y competitivo con el técnico de Villaviciosa, ascendiendo de forma directa como segundo clasificado de la división de plata del fútbol español en la temporada 2012-2013. El objetivo primordial para la campaña del retorno a Primera no era otro que la permanencia, pero, teniendo en cuenta la realización de fichajes de la talla de Sergio Asenjo, Giovani dos Santos o Tomás Pina, a la par que la continuidad de piezas clave como Bruno, Musacchio, Uche, Cani o Trigueros, el Villarreal finalizó la temporada en una más que meritoria sexta posición, llegando a los octavos de final de la Copa del Rey.

Juego vistoso, transiciones rápidas, goles… El público de El Madrigal -muy numeroso, por cierto, para tratarse de un pueblo de 50.000 habitantes- se vio obligado a comenzar a realizar comparaciones con el exitoso Submarino Amarillo de Pellegrini, subcampeón de Liga y semifinalista de Champions. Con más gente de la casa que nunca, fruto de la gran labor de Roig en el diseño de unas categorías inferiores de auténtico lujo, el objetivo fijado para esta temporada es la clasificación para la Europa League, así como la lucha por dos títulos: la Copa del Rey y la anteriormente denominada Copa de la UEFA. Y es que, pese a rozar varios trofeos con los dedos, el Villarreal todavía no ha podido conseguir ningún título importante en sus 92 años de historia, más allá de las dos copas Intertoto levantadas en 2003 y 2004.

En cuanto a la Copa del Rey, el miércoles intentará darle la vuelta al triunfo del Barcelona en el Camp Nou (3-1), en la ida de las semifinales; mientras que se enfrentará al Sevilla en los octavos de final de la Europa League. En la Liga BBVA, el equipo castellonense es sexto con 45 puntos, uno menos que el Sevilla, quinto, y a ocho del Valencia, que en estos momentos marca la clasificación para la previa de la Champions League, un sueño que podría hacerse realidad con un poco de suerte.

El Submarino Amarillo emerge de nuevo, merced a la gran gestión de sus directivos y al trabajo de su cuerpo técnico y jugadores, y lo hace para quedarse. Para volver a ser un referente en Europa del fútbol español.

Avilés, 1989. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid, autor de 'La soledad del portero' (Éride 2014) y codirector de la Guía Grupo Norte. Escribo en La Voz de Avilés-El Comercio, Tododeporte, Sphera Sports y Nuevas Opiniones.

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