Ahora que el público vuelve felizmente a los estadios nos damos cuenta del espeluznante silencio al que nos habíamos acostumbrado por culpa de la maldita pandemia. Antes del infausto marzo de 2020, los partidos a puerta cerrada venían motivados casi siempre por sanciones a los clubes, debido al mal comportamiento de su afición en un partido determinado.
Uno de los más recordados fue el que disputaron Real Madrid y Napoli en el Bernabéu en septiembre del 87. Unos meses antes, en abril, el Madrid caía ante el Bayern de Múnich en semifinales de la Copa de Europa, en lo que fue el primer asalto de la Quinta del Buitre a su competición maldita. En la ida, la expulsión de Juan Gómez «Juanito» tras pisar en el suelo a Lothar Matthäus, calentó la eliminatoria sobre manera.
El Madrid caía 3-0 en el Olímpico al filo del descanso, cuando Matthäus hizo una feísima entrada a Chendo. Este le propino un empujón y acto seguido Juanito y Sanchís le pisaron, cuando el magnífico y lenguaraz centrocampista alemán estaba ya en el suelo. El árbitro, el escocés Valentine, expulsó a Juanito. La sanción de la UEFA le costó su salida del Madrid.
Los blancos cayeron 4-1 en Alemania y la vuelta se presentaba como una hazaña más a las que ya el Bernabéu estaba acostumbrado. Venía de ganar dos UEFAS consecutivas remontando resultados inverosímiles y el Bayern debía ser una víctima más, cómo antes lo habían sido Rijeka, Anderlecht, Gladbach o el Inter en dos ocasiones.
Esa misma temporada el Madrid había remontado un 4-2 al Estrella Roja en la eliminatoria anterior, tras un partido de ida terrible bajo el hielo. Ese día Jorge Valdano jugó su último encuentro con la camiseta del Real Madrid.
El partido de vuelta ante el Bayern se calentó en exceso y desde el fondo sur comenzaron a caer objetos de todo tipo antes de comenzar el choque. El árbitro francés, Vautrot, del que años después Jesús Gil se acordó no con buenas palabras, estuvo a punto de suspender el partido en sus prolegómenos.
Finalmente se jugó, pero la expulsión de Aughentaler, a la media hora de juego, y su posterior gesto al público haciendo el gesto taurino de la cornamenta, volvió a crispar los ánimos de un Bernabéu encendido peligrosamente. El Madrid se adelantó por medio de Santillana, pero no fue capaz de canalizar tanta agresividad ambiental y marcar los dos goles más que necesitaba y que le hubieran pasaportado a la final de Viena. Ahí se cortaron más de tres años sin perder una eliminatoria europea.
La UEFA sancionó al Real Madrid y cerró el Bernabéu un partido, castigando además al club a jugar un segundo a 300 km de la capital (lo jugó ante el Porto en Valencia en octavos de final de la Copa de Europa 87-88).
El primer rival en el sorteo fue el Napoli de Diego Armando Maradona, con el Madrid como local. La visita del vigente campeón del mundo un año antes y mejor jugador del mundo del momento, más la excepcionalidad de disputar el partido a puerta cerrada, hace que recordemos aquel Real Madrid-Napoli de forma singular. Se vivieron escenas a las que nos hemos acostumbrado por desgracia muchos años después y que estamos cerca de aparcar otra vez. Porque no vamos a poder olvidar nunca esta pandemia.
Después el partido no dejó indiferente a nadie. Chendo secó a Maradona con un marcaje extraordinario e incluso le intentó tirar un caño. Jorge Valdano, compañero de ambos y recién retirado por culpa de una hepatitis que empeoró de forma supina tras aquel partido en Belgrado, fue comentarista aquel día en TVE junto a José Ángel de la Casa. Cuando vio la acción soltó una carcajada y dijo: “Hoy los pájaros son los que disparan a las escopetas”.
El Madrid diseminó a sus directivos por la grada para que hubiera alguien y algo de ruido. Por la tele se escuchaban perfectamente las voces de los jugadores, algo que más de 30 años después hemos vuelto a vivir por otro motivo.
El Madrid ganó 2-0 con goles de Míchel, de penalti, y Tendillo. 15 días después, en San Paolo, actual estadio Diego Maradona, la ciudad de Nápoles recibió al Madrid bajo un infierno. En aquellos tiempos era habitual recibir al rival europeo de turno con todo de artimañas ambientales con la idea que su estancia en la ciudad de turno no fuera ni mucho menos apacible. Se podrían contar miles de argucias, especialmente en ciudades calientes como puede ser Nápoles.
Un gol de Butragueño a pase de Hugo Sánchez, silenció a los napolitanos y certificó el pase del Madrid a octavos, donde esperaba el vigente campeón de Europa, el Porto. Ya sin Paulo Futre, nuevo jugador del Atlético de Madrid, pero eso es otra historia que contaremos otro día.
Imagen de cabecera: @Sp_Vintage
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