El Real Madrid saltó al césped con la tranquilidad de quien sabe que el empate le bastaba para pasar como primero de grupo, pero con el hambre suficiente para evitar cualquier sobresalto. La primera parte fue un monólogo blanco, con Vinicius como director de orquesta: el brasileño abrió la lata con un zurdazo y regaló el segundo a Valverde con un taconazo de fantasía, de esos que justifican el precio de la entrada y que ponen de manifiesto el talento.
El Salzburgo apenas pudo oponer resistencia. El equipo austríaco, fiel a su apuesta por la juventud, se vio superado en lo individual y colectivo, resignado a ver cómo el Madrid le pasaba por encima sin apenas sudar.
Gonzalo García, el chico de la cantera que pide paso
La segunda parte sirvió para confirmar lo que ya es una realidad en este Mundial de Clubes: la aparición de Gonzalo García. El canterano, que ha aprovechado la ausencia de Mbappé para hacerse un hueco en el once, volvió a marcar y lo hizo con una definición de veterano, picando el balón ante el portero tras robar en zona peligrosa. Cada minuto que juega, Gonzalo recuerda a todos que en el Madrid no solo se compran estrellas, también se fabrican.
Xabi Alonso, el arquitecto silencioso
No hubo grandes alardes tácticos ni revoluciones en el once. Xabi Alonso, fiel a su estilo, apostó por la continuidad y la solidez. El Madrid fue un equipo reconocible, serio, que supo cuándo acelerar y cuándo dormir el partido. La defensa, con Tchouaméni y Huijsen como pareja inédita, respondió con solvencia y dejó la portería a cero, un detalle que no pasa desapercibido en noches de trámite.
El Salzburgo, víctima de su propio modelo
El Salzburgo llegó al torneo como la fábrica de talento de Europa, pero anoche pagó la novatada. Su apuesta por jugadores jóvenes y recién llegados —varios fichajes de junio apenas llevan semanas en el club— le pasó factura ante un Madrid que juega estos partidos con el piloto automático. El Salzburgo se despide del Mundial de Clubes con la sensación de que el salto entre formar futbolistas y competir al máximo nivel sigue siendo demasiado grande.
Más allá del resultado
El 3-0 deja al Madrid como primero de grupo y lo cita con la Juventus en octavos, pero la noticia está en los nombres propios. Vinicius vuelve a sonreír, Valverde recupera el gol y Gonzalo García se consolida como la gran revelación del torneo. Xabi Alonso, mientras tanto, sigue sumando victorias y argumentos para que nadie dude de su proyecto.
