Un milagro tendría que pasar para que el Paris Saint-Germain no lo vuelva a ganar todo en Francia. Lo hizo en las dos pasadas temporadas y es más que favorito para repetir éxitos. Pese a la baja de Ibra, la plantilla del campeón francés sigue siendo muy superior a cualquier otra en el ámbito nacional.
Si sin Marquinhos, Thiago Silva, Rabiot, Krychowiak y Cavani el PSG se paseó y humilló al Lyon en el Trophée des Champions, imagínense que harán los de Emery cuando estén todos disponibles. Con la llegada del jeque, los parisinos han ido año a año incrementando su superioridad en el ámbito nacional, tendencia que no parece que vaya a cambiar. Con el fichaje de Emery, no obstante, la duda reside en si el equipo será capaz de trasladar este dominio a Europa y colarse, así, entre los mejores. Es decir, alcanzar el gran objetivo: ganar la Liga de Campeones.
El PSG ha perdido a su jugador insignia, Ibra, es cierto, pero ha sabido reforzarse a consciencia y potenciar su plantilla. Por un lado, han llegado jugadores con talento arriba como Lo Celso, Ben Arfa y Jesé, mientras que el regreso de Aréola y los fichajes de Meunier y Krychowiak refuerzan el resto de líneas. Por otro lado, la baja de Ibra puede tener una consecuencia positiva y es que liberará en cierta medida al equipo: el PSG deja de tener una referencia y puede enfocarse a potenciar sus virtudes colectivas.
Plantilla amplia, joven y repleta de talento. Entrenador que viene de ganar 3 Europa Leagues de forma consecutiva. Club que no tiene necesidad de vender y le sobra el dinero para fichar. En este contexto, meterle mano a este PSG y ganar alguna de las competiciones domésticas se convierte en una misión casi imposible. Evidentemente, en el fútbol hemos visto de todo y de todos los colores, pero a estas alturas todo lo que no sea reconocer al PSG como favorito es faltarle a la realidad. A fin de cuentas, los capitalinos llevan años aburriéndose en Francia.