Ya saben, la Premier League tiene sus propios códigos. Aunque haya encuentros europeos los inventores del fútbol pueden jugar en su liga. Ayer el Newcastle dio un paso de gigante para conservar su lugar en la élite ya que fue el único cuadro de los de abajo que consiguió sumar tres puntos importantísimos. Los goles de Chris Wood y Bruno Guimarães, dos nuevos fichajes en el mercado invernal, sellaron un triunfo capital para los de Eddie Howe en Southampton. (1-2)
La miserable racha del Norwich prosigue. Los canaries cayeron 1-3 ante un Chelsea deprimido, sin saber qué ocurrirá con el futuro de la entidad. Los aficionados no dudaron en cantar en favor de Roman Abramovich. Por otro lado, el Leeds United no despega con Jesse Marsch: fue goleado 0-3 en su feudo frente a un Aston Villa que ha mejorado ostensiblemente con Steven Gerrard en el banquillo.
El Watford de Roy Hodgson también recibió un severo correctivo: el Wolverhampton, uno de los cuadros más interesantes en la competición, le endosó un 4-0 impresionante. Respiran Burnley y Everton, que desde su casa vieron cómo se desarrollaba una jornada en la que estaban involucrados la gran mayoría de entidades que no quieren descender. Este año, por primera vez en mucho tiempo en Inglaterra, se avecina una pugna descomunal por mantenerse que puede que dure hasta la última jornada.
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