Lenda KOSOWSKI – "Don't stop me now, I'm having such a good time"; podrían haber cantado en las calles de la ciudad Alemana. "I'm having a ball, don't stop me now, if you wanna have a good time just give me a call…".
En 1978 se estaban acabando los setenta, y Queen cantaba eso de: que no me detengan que me lo estoy pasando en grande. El mundo estaba cambiando, se produjo la crisis del petróleo, se acabaron de construir las torres gemelas de Nueva York, el poder del comunismo se estancaba en Europa, morían Elvis Presley, Charles Chaplin, Jim Morrison… Se separaron los Beatles…. Se inventaron el láser y los circuitos integrados. Los años '70 fueron diferentes en todos y cada uno de los sentidos.
Pero los fans del Borussia Mönchengladbach no querían ver acabar una década tan buena. No querían que nadie los parara. El sabor dulce estaba en los labios de los potros: buenos jugadores, títulos, copas, buenos fichajes. Los setenta fueron de oro para el club y a día de hoy muchos recuerdan con cariño, nostalgia y una sonrisa en los labios, esos diez años que inundaron de alegría un estadio y las gargantas de los aficionados. Se ganó mucho y se dejó huella en la historia de la Bundesliga. Huella que perdura hasta día de hoy.
Desde 1970 al 1979 el Mönchengladbach ganó 8 títulos. pero no solo fueron los títulos, el Borussia ganó algo mas que eso, se ganó los corazones de muchos alemanes. No en vano fue el primero en revalidar el titulo de Bundesliga -temporadas 1969/70 y 1970/71-. Y aunque en el 72 los potros acabaron con las manos vacías, la historia dorada no había hecho más que empezar.
En el 1973 y a pesar de acabar en el quinto puesto en liga, el equipo venció al Köln en la final de la DFB Pokal ganando gracias a un tanto de Günter Netzer -jugador que tras el título se marchó al Real Madrid-. Ese mismo año llegaron a la final de la Copa de la UEFA en la que se enfrentaron al Liverpool y aunque el conjunto de los potros perdió 3-0 en la ida, en el partido de vuelta el Mönchengladbach, con Weisweiler en el banquillo contraatacó con un partido sofocante acabando 2-0, el doblete firmado por Heynckes hizo que los ingleses tuvieran algo de miedo en el cuerpo.
La temporada que siguió al '73 la liga se les escapó por solo un punto. Un mísero punto dejó al club sin Meisterschaft, por detrás del Bayern München. En la temporada 73/74 llegaron hasta semifinales de la Recopa de Europa, eliminados por el AC Milan.
En el 1975 volvió el Borussia Mönchengladbach con vigor y energía. Se volvió a ganar el campeonato de liga y la Copa de la UEFA frente al Football Club Twente. Fue la ultima temporada de Weisweiler sentado en la banca. La temporada 1975/76 el Borussia contaba con Udo Lattek como entrenador y se revalidó la Bundesliga.
Los aficionados potros recuerdan con euforia la temporada 1976/77. Fue el tercer titulo consecutivo de liga y se llegó a la final de la Copa de Europa que se perdió, de nuevo, contra el Liverpool. Ese mismo año el jugador del Gladbach, Allan Simonsen, fue galardonado con el Balón de Oro.
En la temporada del '78 en el club podrían haber entonado lo que cantaba Freddie Mercury: "Don't stop me… Don't stop me… Eh, eh!", aunque parecía que todo empezaba a desacelerarse, que el galope de los potros empezaba a aminorar. Se firmó un segundo puesto en la Liga tras el Köln con empate a puntos pero saldada por la diferencia de goles, todo y haber logrado la goleada más holgada en la historia de la Bundesliga con 12-0 al Borussia Dortmund. Se perdió la Copa Intercontinental, la cual disputaron tras la renuncia del Liverpool, mismo equipo que los había derrotado en dos finales y que esa temporada, además, los eliminó de la Copa de Europa en semifinales.
El último año de la época dorada para el Gladbach dejó de contar con jugadores como Heynckes, Vogts y Bonhof y los potros quedaron relegados a la 10a posición de la tabla en el campeonato alemán. Sin embargo como colofón a diez años de esplendor el equipo ganó su segunda Copa de la UEFA, midiéndose en la final contra el Estrella Roja de Belgrado, con un empate en la ida y un único tanto de Simonsen en la vuelta que dieron el título que cerraría las diez temporadas más exitosas del club.
Es que las huellas de ese Mönchengladbach calaron hondo en la historia de la Bundesliga. Los potros y los setenta fueron diferentes y de oro.
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