Cuando Gianni Infantino llegó a la presidencia de la FIFA, una de sus principales convicciones era la de limitar el mercado de cesiones para terminar con la práctica habitual de clubes que tienen incluso más jugadores a préstamo que en nómina en su plantilla. Chelsea, Roma, Udinese, Real Madrid, Watford, Benfica o Monaco son algunos de los equipos que, verano tras verano, mandan una legión de futbolistas a otros destinos para que se fogueen.
Así, desde este mismo verano, los clubes solo podrán tener ocho jugadores prestados en otros equipos del mundo. Una cifra que se reducirá a siete para la 2021-2022 y que terminará su desescalada total en la 2022-2023, cuando solo se permitirán seis préstamos por temporada. Una situación que trastoca mucho los planes de muchos de los clubes antes mencionados, que han llegado a tener entre 30 y 40 futbolistas repartidos por todo el mundo. Se trata, además, de una medida que también buscará acabar con la triquiñuela que los clubes se han inventado para trampear el Fair Play Financieroy que ha recaído sobre todo en la Serie A: la cesión por una temporada con compra obligatoria en la siguiente.
Los cedidos del Atlético de Madrid
La situación, evidentemente, también afecta al Atlético, que deberá decidir con mucho cuidado qué futbolistas tener o no a préstamo. Y es que en las últimas temporadas, el Atlético ha superado con creces la cantidad de jugadores cedidos que este verano será límite. Son nueve en la presente temporada, 11 hace dos cursos y más de 12 en la 2017-2018 y en la 2016-2017. Caio Henrique (Gremio), Miguel San Román (Elche), Axel Werner (Atlético San Luis), Nicolás Ibáñez (Atlético San Luis), Nicolás Schiappacasse (Famaliçao), Nehuén Pérez (Famaliçao), Nikola Kalinic (Roma), Javier Montero (Deportivo de la Coruña) y Víctor Mollejo (Deportivo de la Coruña) copan la nómina en la actualidad.
Como lo que se persigue con esta regla es dejar de ver a los futbolistas como mercancía, hay una grieta que abre un camino hacia la cordura pensada directamente para la cantera. Esta nueva normativa cuenta con una excepción que puede insuflar algo de aire en las decisiones, pues los jugadores menores de 23 años, al considerarse aún futbolistas en formación, no computarán en el total de los cedidos. Así, los nacidos a partir del 1 de enero de 1998 podrán salir a otros clubes a foguearse sin límite.
Con todo, el Atlético deberá decidir qué hacer de una vez por todas con jugadores que ya llevan tiempo en la disciplina del club y que apenas han contado con oportunidades y llevan años viviendo de cesiones. Es el caso de Werner o Caio Henrique (el segundo apunta a quedarse siempre y cuando reciba la nacionalidad española y no llegue una oferta muy jugosa por él). Deberá decidir qué sucede definitivamente con Kalinic, si es que no cuenta para el primer equipo, y dejar espacio solo para aquellos que de verdad puedan progresar y tener futuro en el equipo. Es lo que sucedió, en cursos anteriores, con Diogo Jota, Olabe, Velázquez o André Moreira, que salieron definitivamente de la disciplina sin apenas oportunidades y tras ir de préstamo en préstamo.
También existen jugadores que, sin estar cedidos, siguen bajo el paraguas rojiblanco por poseer aún porcentajes sobre ellos y posibilidad de recompra. Vietto, Amath, Santos Borré o Bernard Mensah aún son 50% de un Atlético que este verano podría intentar recuperar a alguno (casos, sobre todo, de Borré y Mensah) para revenderlos a otros clubes y sacar dinero en un mercado que se prevé austero.
Esto, además, permitirá al club monitorizar de un mejor modo a los futbolistas que salen. Es imposible dar seguimiento personalizado a cerca de 15 jugadores; en cambio, es más sencillo seguir la actualidad de la mitad. Elegir bien los destinos para cada jugador, pues en ocasiones es el propio futbolista el que toma una decisión precipitada. Dejar de estirar el chicle con aquellos que no van a dar más de sí y elegir solo a aquellos que de verdad puedan formar parte en el futuro del primer equipo.
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