El fin de ciclo más doloroso

Para muchos, me incluyo, Pep Guardiola es el mejor entrenador de la historia del fútbol. El técnico de Santpedor ha tenido una trayectoria excelsa desde su debut en los banquillos de élite; un Barça que no sólo lo ganó todo, sino que pasará a los anales de la historia por cómo maravilló al mundo. Ganando o perdiendo, jamás se había visto a unos jugadores dirigidos por Pep competir tan mal, hasta anoche.

La imagen del Manchester City en el Santiago Bernabéu fue la prolongación de la caricatura que ya vimos en el Etihad, pero en esta ocasión, Mbappé estuvo más fino que nunca de cara a puerta. El gol de Nico González en el añadido maquilló un resultado sonrojante, que a punto estuvo de reflejar un 2-6 en el global de la eliminatoria; explicar la referencia sobra. Pero, lo preocupante no es tanto esto. El indicativo real de gravedad es que en ningún momento de los 180 minutos de la eliminatoria dio la sensación que el conjunto inglés podría meterle mano al Madrid, ni siquiera cuando se puso por delante dos veces en la ida.

La eliminación prematura de la Champions, sumado a la complicada temporada en Inglaterra evidencia un fin de ciclo doloroso, por quién y por el cómo. Si algo ha caracterizado la carrera de Pep, ha sido el saber salir. En 2012, no esperó a que la situación se le viniera encima y decidió dar un paso al costado, abandonando el mejor Barça jamás visto que él mismo construyó. Tampoco estiró el chicle en Múnich, a pesar de lograr tres Bundesligas consecutivas y dos semifinales de Champions, sentando las bases de un equipo con sello de autor. El cuento ha sido distinto en Manchester, donde Guardiola lleva 10 temporadas liderando el proyecto Citizen, alejado de la presión mediática y con capital infinito para construir lo que ha llegado a ser uno de los mejores conjuntos de la historia. 

Pero, nada queda del campeón de Europa y del seis veces vencedor de la Premier (4 seguidas). La lesión de Rodri ha debilitado al City hasta la incompetencia. Bernardo Silva, De Bruyne y Gündogan son la sombra de lo que fueron, y la renovación de plantilla no se ha completado a tiempo. Mucho trabajo por hacer, la amenaza de una sanción y el adiós de Txiki al frente de la dirección deportiva. Aún así, Pep tiene dos años más de contrato y, por ahora, parece que quiere seguir para zarpar un nuevo barco triunfador.