El FC Barcelona tiene pie y medio en la final de Berlín después de golear por 3-0 al Bayern en la ida de las semifinales de la Champions. Un partido que fue por unos derroteros de cierta equidad hasta el cuarto de hora final, momento en que Leo Messi activó el modo ‘arcade’ para desbloquear un partido que estaba abocado a las tablas.
El partido fue muy parejo en la parcela táctica, con un Guardiola que planteó el partido condicionado por las bajas y de un modo conservador. Un dato refleja este hecho: el Bayern sólo disparo una vez a la portería de ter Stegen, y fue un disparo de Thiago que iba fuera y tras rebotar en Iniesta fue pausadamente a las manos del cancerbero alemán.
El Barça estuvo incómodo por momentos, gozó de mejores ocasiones, cierto, especialmente en la primera parte cuándo Neuer evitó sendos goles de Luis Suárez y Alves con dos intervenciones providenciales. En la segunda parte el Bayern tuvo un gran arranque, con 15 minutos de gran superioridad posicional que provocó el agobio de un Barça que se sentía enjaulado, en parte por el tapón que los bávaros hacían sobre Busquets, eje y ancla del conjunto blaugrana.
El partido parecía abocado a las tablas, pero Messi decantó el choque con dos chispazos. El primer gol nace de un robo y asistencia de Alves, Messi aprovecha el regalo de su ‘socio’ y fusila a Neuer. El muro cedía por primera vez. Era el minuto 77′, el partido se desbloqueaba. Tres minutos después, con el Bayern estirándose, Messi firmó un gol de genio, un gol obsceno que retrató a Boateng y enterró a la cadera del central alemán. Un quiebro de otro tiempo firmado por un jugador de otro planeta. En 200 segundos el Barça pasaba de los nervios de las tablas al alivio que te otorga un 2-0.
Con un Bayern buscando un gol que le diera oxígeno para la vuelta. Luis Suárez peleó un balón en la medular, Messi habilita al brasileño y éste bate a un muro de casi dos metros que en ese momento ya estaba resquebrajado. El Bayern fue buscando algo de vida y la ‘MSN’ se la quitó.
El Barça de Luis Enrique, ese entrenador que iba a ser cesado en enero, estará en Berlín si así lo quiere. Con un 3-0 en la ida, el billete ya está en su mano. Sólo una pájara en tierras bávaras puede dejar al conjunto azulgrana sin asistir al partido más importante del año en Europa.