REDACCIÓN – Hacía ya bastante tiempo que no se hablaba de él. Había perdido completamente el rumbo en sus últimos tiempos en el Inter, una espiral de noche, alcohol y vicio que alcanzó su culmen en abril de 2009, cuando desapareció en Rio de Janeiro tras una convocatoria con la selección brasileña. Tras algunos días, el propio Adriano admitió había regresado a casa de su madre, y declaró que estaba infeliz, que no quería volver a Italia y dejaba el fútbol por un tiempo indeterminado. Unas semanas más tarde firmaría con el Flamengo, uno de los grandes equipos de la ciudad carioca.
En sus mejores años en el Inter, el “Emperador”, como era conocido por su enorme potencia y su dominio del área, se convirtió en uno de los mejores y más carismáticos goleadores de Europa. Incluso fue nombrado por la UFFHS mejor goleador del año 2005. Sin embargo, sus problemas fuera del campo, además de su tendencia al exceso de peso ya comenzaban a hacerse habituales.
En el Flamengo, donde había comenzado su carrera futbolística, Adriano recuperó la sonrisa sobre el campo y la afinidad con el gol. En la última jornada del campeonato, el conjunto rubinegro se proclamó campeón del Brasileirao y Adriano máximo goleador. Sin embargo, este dulce retorno sería cuestión de poco tiempo. En junio firmaría un contrato de tres años con la Roma, una vuelta a Italia que apenas duraría nueve meses después de la recaída de Adriano en sus problemas habituales y el nulo rendimiento. Volvió a Brasil, al Corinthians de Sao Paulo de la mano de su amigo Ronaldo, y una grave lesión y sus bailes en la tentadora noche brasileña hicieron el resto. En octubre, siete meses después de su contratación, debutó con el Timao, pero solo jugaría cuatro partidos y su contrato, de nuevo rescindido. En marzo de 2012 jugó su último partido oficial hasta la fecha.
El Flamengo le contrató de nuevo, pero sus evidentes problemas y sus más de 100 kilos de peso provocaron su despido sin haber disputado un solo partido. Palmeiras le rechazó, al igual que Internacional de Porto Alegre, alegando que no les salía rentable ponerlo en forma. Desde el pasado mes de diciembre se entrenaba en Curitiba con el Atletico Paranaense, que hoy ha hecho oficial su contratación para esta temporada.
Con el Furaçao, a las órdenes del técnico español Miguel Ángel Portugal, Adriano quiere volver a recuperar la sonrisa con el fútbol, del que lleva lejos cerca de dos años. Un futbolista que todavía no ha cumplido los 32 años pero al que ya se le considera retirado desde hace tiempo. Difícil cambiar su carácter habitual, de hecho no se presentó al entrenamiento tras las últimas vacaciones navideñas después de organizar una fiesta en Rio hasta el alba. Sin embargo, si recupera un ápice de su forma física, todavía puede haber esperanza, por qué no, de volver a ver aunque sea algún detalle de esa potencia y efectividad que un día triunfaron en Europa.
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