Todo comenzó aquel 31 de Mayo de 2014. Brian O’Driscoll tras retirarse lesionado del campo ponía fin a su carrera como jugador de rugby con una victoria frente a los Glasgow Warriors. Tras colgar las botas, su último acto como rugbier fue levantar, junto a Leo Cullen, el trofeo que les acreditaba como ganadores del Pro12 y este fue, sin lugar a dudas, el momento que significó el comienzo del fin.
En 2014, Irlanda se hizo con el 6 Naciones tras un torneo casi impoluto. Estuvo tan solo un golpe o un drop del Grand Slam, ya que perdió contra Inglaterra en la tercera semana por la diferencia de 3 puntos, además, fue el equipo menos anotado en contra y el 2º con más puntos a favor tras la Rosa. En definitiva un grandísimo torneo de la mano del mejor centro de la historia y de su inseparable compañero Paul O´Connell.
Llegamos a 2015 y la pregunta es: ¿Qué pasó en el 6 Naciones? Todos esperábamos un torneo a la altura de los anteriores, que, aunque habían ido dejando un mal sabor de boca al aficionado, siempre nos provocaron esas alegrías y esos nervios propios de un 6 Naciones. La respuesta es aún desconocida. En los años que llevo gozando de este deporte, jamás había visto un rugby tan estático, tan poco emocionante y, lo que es peor, tan poco luchado como el que se llevó a cabo ese año. Irlanda acabó ganando el torneo empatando a puntos con Gales y con Inglaterra, pero obtuvo la victoria gracias a que gozaba de la diferencia más alta de puntos entre anotados y encajados; en definitiva, pura suerte. En mi opinión el justo vencedor hubiese sido Gales ya que fue el equipo que realizó el rugby más coherente a sus jugadores y, consecuentemente, el país que mejor juego desplegó.
Unos meses más tarde dio comienzo el mundial. En el grupo del XV del Trébol estaban Francia e Italia como selecciones más fuertes y Rumanía y Canadá como más débiles. Como suele ocurrir en este deporte, no hubo sorpresas y fue Irlanda cabeza de grupo y Francia segunda. Una semana después, en la primera fase de eliminatorias, fue Argentina quién eliminó a al Trébol por el estruendoso resultado de 43-20; manteniendo así otros cuatro años el hecho de que Irlanda jamás haya pasado de cuartos de final en una Copa del Mundo.
Fue en el mundial donde se empezó a apreciar la crisis por la que está pasando el rugby irlandés en estos momentos. En mi opinión todo este declive se debe a una falta de calidad en los jugadores determinantes que me dispongo a analizar.
Pese a la marcha de Paul O’Connell, la ya consolidada primera línea de Rory Best cuenta con dos buenos apoyos como son Devin Torner e Ian Henderson; pero es en la tercera línea donde la delantera irlandesa tiene problemas. Nos encontramos, en primer lugar, con Sean O’Brien un flanker que lleva jugando en el abierto todo el año y es, posiblemente, el 7 que menos balones pesque del hemisferio norte. En ataque es un gran jugador, pero actúa más de 6 que de cualquier otra posición y eso en un equipo se nota. Por otro lado está Jamie Heaslip, un gran número 8 pero que actualmente vive más del pasado que de su actual juego. Es un jugador que llega tarde a los placajes y que no ataca de la misma manera el intervalo como lo hacía en los dos tours a los que ha acudido con los Lions.
En la línea, la culpa está más repartida. Nos encontramos con Jonny Sexton, uno de los mejores aperturas del momento pero que a día de hoy no está en su mejor forma. En el puesto de primer centro, acompañando a Sexton, encontramos a Robbie Henshaw. Es un jugador de tan solo 22 años al que se le nota esa carencia de experiencia, por lo que aún no es capaz de hacer llegar el balón rápidamente a los alas y al cual atacando, le falta fuerza. Pese a todo yo confío en este jugador, le queda aún mucho por aprender y acabará siendo muy bueno. Por otro lado, están los alas, Tommy Bowe con sus 31 años sigue haciendo milagros atrapando las patadas de Sexton y por la izquierda Simon Zebo, un fracasado intento de Bryan Habana.
Para más inri, en la Champions Cup, ningún equipo irlandés ha pasado a cuartos de final. Ha sido Ulster el único que gozó de posibilidades, pero sus 18 puntos no fueron suficientes para ser uno de los tres mejores segundos. Sinceramente, que Irlanda no tenga ningún representante en los cuartos de final, es un auténtico fracaso para este país. Lo que es aún más impactante es el caso de Leinster, el equipo con más jugadores de la selección ha quedado último de su grupo con el mísero total de 6 puntos y tan solo una victoria.
En unas semanas empieza el 6 Naciones y veremos que nos deparará Irlanda. Personalmente creo que un equipo sin una buena tercera y en el que la línea depende de milagros en las patadas, no tiene opciones a ganar un campeonato tan reñido como este. Es por esto, por lo que no debería sorprendernos que Irlanda no haga un buen torneo este año, aunque ojalá esté equivocado; un 6 Naciones sin Irlanda no es un auténtico 6 Naciones.
Madrid, 1996. Estudiante de Derecho y ADE. Gran aficionado al deporte en general y al rugby especialmente.
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