El Bayern Múnich se alzó ayer con el primer título de la nueva temporada al imponerse en la tanda de penaltis en la final de la Supercopa alemana al Borussia Dortmund.
El resultado le sirve al conjunto dirigido por el técnico Carlo Ancelotti para quitarse presión tras una pésima pretemporada en la que llegó a encadenar cinco derrotas, algunas con sonoras goleadas, en los últimos seis amistosos disputados.
«Es normal que a estas alturas no estemos totalmente acoplados pero en dos o tres meses esto va a funcionar todo perfecto», señaló Robert Lewandowski al término del partido.
Los bávaros lograron así su segunda Supercopa consecutiva, un título que parece dársele bien al estratega italiano, que el año pasado también ante el Dortmund logró hacerse con el preciado triunfo.
En un partido muy parejo en el que los dos equipos imprimieron intensidad desde el comienzo y generaron ocasiones de gol, el Bayern demostró tener la suerte de su parte y dio in extremis un vuelco a un encuentro que parecía sentenciado a favor de los locales.
«El equipo ha mostrado carácter y estoy muy contento con el resultado. Somos el Bayern Múnich. Hoy era importante que nos concentráramos y que jugáramos como el Bayern Múnich», señaló Hasan Salihamidzic, el nuevo director deportivo del Bayern Múnich, que ha podido celebrar su primer triunfo a los cinco días de asumir el cargo.
El Dortmund saltó al césped de un Signal-Iduna-Park hasta la bandera con el objetivo de arredrar a un campeón alemán en horas bajas. Con un juego agresivo desde el pitido inicial, logró inaugurar el marcador a los once minutos de partido.
Un error garrafal del español Javi Martínez le permitió a Christian Pulisic recuperar el balón y avanzar hacia el área pequeña para a continuación batir al arquero del Bayern Sven Ulreich.
El empate 1-1 llegaría tan solo siete minutos después. Un pase raso desde la banda derecha de Joshua Kimmich fue aprovechado por Robert Lewandowski para recortar distancias.
A pesar de que el polaco celebró el tanto de inmediato con sus compañeros, éste no fue contabilizado hasta instantes después, pues el árbitro Felix Zwayer hizo uso de la tecnología de Respaldo Arbitral por Video (VAR) para comprobar que no se había cometido fuera de juego.
En la segunda parte del partido el dominio del balón estuvo de nuevo muy igualado, aunque el Dortmund lograba con mayor facilidad acercarse a la portería rival. En su empeño de batir al arquero rival, el francés Ousmane Dembélé realizó un pase magistral a Aubameyang, que no perdonó anotando el 2-1.
A menos de tres minutos para que terminase el partido y cuando ya se daba por descontada la victoria del Dortmund, el Bayern logró el 2-2 que le permitía seguir soñando con la victoria. Tras un desafortunado rebote, Kimmich remató en la corta distancia y Lukasz Piszczek terminó anotando un autogol.
«En los últimos diez o 15 minutos pudimos haber marcado dos o tres goles, tuvimos varias ocasiones. El Dortmund jugó bien pero creo que al final merecimos ganar», expresó Salihamidzic, quien exultante de felicidad dijo sentirse orgulloso del equipo.
La tanda de penales acabó por inclinar la balanza a favor del Bayern. Los tantos de Lewandowski, Franck Ribery, Sebastian Rudy y Niklas Süle sirvieron para que el trofeo fuese a parar a Múnich. Kimmich fue el único jugador que no consiguió batir al arquero rival.
Por parte del Dortmund, Dembélé, Maximilian Philipp, Aubameyang y Gonzalo Castro lograron hacer diana desde los once metros, mientras que Sebastian Rode y el español Marc Bartra fallaron en sendos intentos.
La mala noticia para el Bayern fue la lesión de Javi Martínez, que en el minuto 59 de partido abandonó el terreno de juego aquejado de problemas musculares.
Para este duelo de honor, el Bayern se vio obligado a prescindir de rostros habituales como Jerome Boateng, David Alaba, Manuel Neuer, Thiago Alcántara, Arjen Robben, James Rodríguez y Juan Bernat, que son baja por lesión.
Por parte del Dortmund la ausencia más destacada fue la del internacional Mario Götze, quien ya está recuperado de los problemas metabólicos que lo mantuvieron alejado de las canchas unos cinco meses pero acusaba molestias en la espalda que le impidieron disputar la final.
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