Si los clubes de fútbol fueran estudiantes, verían el mes de enero como el momento de buscar nuevos métodos de estudio para corregir errores o, incluso, para seguir creciendo. Y es que el mercado de fichajes en fútbol es así. Mientras que algunos clubes realizan muchos movimientos a sabiendas de que algo han hecho mal y necesitan un remedio, otros simplemente se deshacen de jugadores como si fueran malos hábitos o, por otra parte, innecesarios. Para los futbolistas, enero puede resultar como el mes de los cambios, las segundas oportunidades. Y no, no necesariamente cambia de club el que lo ha hecho mal o el que no ha podido hacerlo. También es momento para que, siguiendo con el símil inicial, los estudiantes de intercambio descubran nuevos métodos.
Este mes de enero no ha sido muy prolífico en la Bundesliga, sobre todo al final, aunque ha habido algunos movimientos que han dado mucho de qué hablar o han tenido diferentes controversias. Uno muy polémico fue el de Serdar Azmoun por el Leverkusen. El acuerdo inicial del Bayer con el jugador era para incorporarlo gratis en verano. Sin embargo, las represalias del Zenit al jugador obligaron a adelantar el fichaje e incorporar al jugador iraní ya mismo, pagando una cantidad por el traspaso. Otro movimiento sonado, que además sentó mal, fue el de la salida de Max Kruse. Se produjo en la víspera del final del mercado, de manera inesperada e inexplicable. Kruse no estaba mal en Köpenick, era uno de los ídolos de la afición. Sin embargo, algo se estaba cociendo en el club de la Volkswagen. Después de varios intentos fallidos, la salida de Wout Weghorst podía convertirse en una realidad y los Lobos, club con el que Max Kruse ganó el único título de su palmarés, necesitaban reforzar ese hueco que intuían que iba a quedar libre. Lo hicieron con el unioner y con Jonas Wind.
Otra salida que estaba clara y se precipitó fue la de Denis Zakaria. El centrocampista había anunciado que no seguiría en el Gladbach después del 30 de junio y le habían salido muchos pretendientes importantes para incorporarle gratis. Sin embargo, uno de ellos, la Juventus, decidió adelantar esa llegada y pagar por incorporarlo ahora. Muy distinto es el caso de Nadiem Amiri, que ante la falta de continuidad con Seoane decidió salir poniendo rumbo a la Serie A, con el camino de vuelta programado, a no ser que se decida ejercer su compra. Ahí prevaleció la necesidad del jugador. Tal vez con la mirada puesta en el próximo Mundial o tras haber tenido la sensación de dejar de ser importante.
Siguiendo con el símil, si en la Bundesliga hubiera un alumno rebelde al que no le gusta estudiar, ese sería, sin duda, el Hertha BSC. Sorprende que, tras haber tenido nuevo propietario cuya intención ha sido la de meter al club en la élite alemana y europea, su rendimiento haya sido muy pobre, achacado también a que se suponía que irían mejorando el nivel de la plantilla y, lejos de eso, no ha habido nada más que decepciones y los berlineses se han quedado encajados en la zona media baja de la tabla. Un ‘quiero y no puedo’, aunque el ‘no puedo’ sea más fruto de que no le llega el nivel, más que no tener recursos para ir a por algo mejor, que los tiene.
Si hay algo que gusta a los aficionados del fútbol alemán cada vez que llegan los mercados es la llegada de los alumnos nuevos, generalmente jóvenes de otras partes del mundo con ganas de asumir retos más importantes. El fútbol del este asiático (Japón, Corea del Sur) y Estados Unidos son zonas que, futbolísticamente, tienen un vínculo especial con Alemania. En este mes de enero aterrizaron unos cuantos llegados dichos lugares. Por ejemplo, desde Ulsan Hyundai llegaron Lee Dong-Jun (al Hertha BSC) y Lee Dong-Gyeong (al Schalke 04, en 2.Bundesliga). Estos dos se suman a la larga lista de futbolistas orientales llegados a Alemania. Muchos de ellos acaban haciendo carrera allí. Menor es el porcentaje de los que no lo consiguen.
El caso de Estados Unidos es aún más especial. La vinculación histórica entre ambos países marca, en algunos casos, que haya muchos futbolistas con la doble nacionalidad, como son John Brooks, Timothy Chandler… Pero es que también la Bundesliga ve a los chavales de la MLS como una gran oportunidad de mercado. Esto lo demuestra la llegada, en este mes de enero, de Ricardo Pepi (FC Augsburg), Justin Che (Hoffenheim), Kevin Paredes (Wolfsburg) o George Bello (Arminia Bielefeld), demostrando que a la Bundesliga le gusta eso de reclutar jugadores jóvenes que destaquen luego y les tengan de escaparate.
Esto es así, el curso sigue y ahora toca ir estudiando poco a poco, para no suspender los exámenes finales o sacar las mejores notas. No todos los clubes cuentan con los mismos recursos, pero sí usan éstos como buenamente pueden. A veces les sirve y a veces no. Lo que está claro es que hay muchos jugadores que no siempre encajan y clubes que estarían dispuestos a acogerlos. Jugadores sin minutos, principalmente, que salen de equipos en los que no tienen hueco para llenar el hueco de otros. Ley de vida. Así funciona el mercado de fichajes.
Imagen de cabecera: VFL Wolfsburg
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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